EL PODER DE LA PALABRA DE DIOS.

Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los rios, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llamas arderá en ti. Isa.43:2

Jacob paso por la prueba de fuego y agua, pero su sinceridad y su lealtad a Dios fue lo que le dio la victoria. 

En esa prueba vio cara a cara a Dios. Los hijos de Dios a través de los siglos, pasaron las pruebas más crueles de la humanidad. 

Muchos fueron quemados en las terribles hogueras y en los más oscuros calabozos de la Inquisición. 

Otros pasaron ríos y mares para llevar la verdad presente a otros continentes. 

En Europa la verdad fue llevada por hombres como Hus, Wiclef, y Lutero, gracias estos hombres la luz fue llevada al Nuevo Mundo. 

Toda alma verdaderamente sincera alcanzará la luz verdad. “La luz está sembrada para el justo” (Sal. 97:11). 

Y ninguna iglesia puede progresar en santidad si sus miembros no buscan ardientemente la verdad como si fuera un tesoro escondido. (CS. p. 576 en Castellano). 

Los barcos que surcaban los mares hacía el Nuevo Mundo se enfrentaban a grandes tormentas, los marineros cuando llegaban al puerto relataban como fueron protegidos por Dios. 

Al igual que el pueblo de Dios tendrá que pasar por las más rudas tempestades, tienen la seguridad de que Dios los acompañara para sostenerlos y salvarlos. 

No se le prometió ausencia de dificultades y aflicciones, sino consuelo y una liberación fina. Israel había pasado varia veces “por el por el fuego y por el agua”. 

Pero Dios los había salvado (Sal. 66:12 cf. Isa. 8: 7-8). “muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová” (Sal. 34:19, cf. ver. 17-18). 

El fuego y el agua muchas veces aparecen en las Sagradas Escrituras como instrumentos purificadores (Núm. 8:7; Job 23:10 cf. 2º Pedro 3:5-7). 

A través de los siglos hombres de fe arriesgaban su vida por llevar la palabra de Dios al Nuevo Mundo. 

El gozo que provienen de trabajar conjuntamente en el programa de la iglesia es por lejos más duradero que la emoción de una travesía por el Pacifico. 

Más aún, Dios promete proteger a aquellos que pertenece a su familia. 

Ni el fuego ni la tormenta nos dañara mientras seamos fieles y trabajemos para salvar almas. 

La senda de la sinceridad e integridad no es una senda libre de obstrucción, pero en toda dificultad hemos de ver una invitación a orar. 

Ningún ser viviente tiene poder que no haya recibido de Dios, y la fuente de dónde proviene está abierta para el ser humano más débil. 

Ellos testificaron la verdad al mundo con su sangre. Nosotros tenemos el deber de proclamar la verdad presente como ellos lo hicieron.

MARANATA.

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