sábado, 9 de enero de 2021

NINGUNA COSA HAGO.

Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios. Hechos 20:24.

Pablo no estimaba su vida ya que los asuntos personales no tenia ningún valor (Fil.3:7-89. Esa fue la actitud de Cristo cuando condescendió a tomar nuestra naturaleza (Fil. 2:7-8). 

Ninguna preferencia o deseo personal distrajo a Pablo de los elevados privilegios de sus ministerio. No vivía para si mismo: era un esclavo de Cristo (Rom.1:1). Nada era de suficiente importancia para inducirlo a descuidar sus deber. 

Este fue el espíritu del Salvador y de los primeros cristianos. Cuan lejos estamos de esta realidad los cristianos que espera la venida de Cristo. 

Pablo se desvivía por los cristianos de su época, y trataba de alcanzar aquellos que no tenían esperanza. 

Cuando los seres amados mueren, nuestros corazones se quebranta, y nos embarga olas sucesivas de tristeza. 

Sin embargo no sufrimos con el desconsuelo de los que no tienen esperanza. El cristiano debe de ser una fuente de agua viva para los de más. 

Pablo es una inspiración para el cristiano que espera la venida de Cristo. 

Si Pablo era una ofrenda viva (Rom. 12:1) para la carrera que había comenzado, también debe de ser para los hijos del pueblo de Dios. Empiezas cuando conoces a Cristo, comprendes el Santuario, y es cuando empieza tu carrera para transmitir la verdad a los demás.  

La meta del cristiano es dar a conocer la verdad del Santuario y impartir los conocimiento del evangelio. Pablo anhelaba correr la carrera de su vida de tal manera que a final no tuviera que lamentar ningún descuido o fracaso por negligencia o apatía. 

Pablo deseaba terminar su carrera con la satisfacción de una limpia conciencia. Esto es lo que quiere transmitirnos Pablo a los cristianos de hoy día. Tenemos un ministerio que empieza cuando conocemos a Cristo. 


Tenemos una carretera de la vida por delante, y en el camino nos marca donde estamos cada momento de nuestra vida. 

Pablo lo entendía perfectamente, el siguió hasta la meta, no teniendo en cuenta los peligros de una sociedad intolerante.

 Cada uno de nosotros tenemos una carretera que nos lleva a la eternidad. 

Y en trayecto encontramos a muchos que se quedan en la cuneta, y otros van andando y hablando a las personas que se encuentra.

 Pero todos los que llegan tienen la mirada puesta en Cristo y son los que pueden llegar a la meta. Pablo tenia fija su mirada en la meta que era Cristo. 

Pablo es un ejemplo para los hijos de Dios, hagamos como Pablo, fijemos nuestra vista En Cristo para llegar a la Santa Ciudad.

MARANATA.

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NOTIFICACION A LOS LECTORES.

Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7 (a través de https:// se puede ver estos blog. Dentro de un mes me tienen que intervenir, y estaré convaleciente un mes. Durante ese tiempo no podré poner matutinas. Oren por mi.

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