viernes, 15 de enero de 2021

EL AMOR INQUEBRANTABLE.

Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1º Cor. 13:3.

¿Es posible que una persona entregase sus bienes para alimentar a los pobres y no tener amor? 

La respuesta a esta pregunta ofrece la posibilidad de hacer lo que es correcto a causa de motivos errados. 

En tiempos de Pablo, los ricos distribuían alimentos a los pobres y los dejaba en la puerta de su casa (ver Luc.16:20-21).

Algunos distribuían limosnas a los pobres. En tiempos de roma se tenia la idea o el concepto de que dar limosna era una gran virtud. Pero la mayoría de estas personas lo hacia ostentosamente. 

Jesús reprochó severamente ese deseo de recibir el aplauso popular (Mat. 6:1-4). Para destacar la vanidad de esa falsa caridad. 

Recuerdo en mi niñez, cuando era monaguillo, pasaba una bolsa en la cual los feligreses echaban sus monedas, y algunos hacían sonar la bolsa cuando caían sus monedas. 

Esto llega aser una hipocresías ante los ojos de Dios. Aunque semejante proceder pudiera significar el bien de otros, no podría merecer la aprobación de Dios porque faltarían las cualidades de carácter requeridas. 

Recuerdo siendo monaguillo, que una persona se le acerco al párroco, mujer muy mayor y le dijo: ¿Padre, si dejo mis vienes a la iglesia iré al cielo? 

La respuesta la sabemos todos. Cristo rechazo esta hipocresía, pero por desgracia aun existe hoy en día. 

¿Esto seria amor a los pobres? Cierto es, que no podemos juzgar los motivos, y no tenemos derecho de impugnar las acciones de los demás; pero debemos debemos de investigar nuestras propias vidas para ver si realmente estamos inspirados por el amor. 

Cuando se da un donativo, sin recibir nada a cambio, y lo haces por amor a tus semejantes, esa ofrenda es hecha con amor. 

El que sufre el martirio de fuego carece de las cualidades de carácter representadas por el “amor” (agápe), no puede tener esperanza de vida eterna, y por lo tanto, lo ha perdido todo. 

Por esta razón el amor es más precioso y de más valor que los dones del Espíritu. Muchos cristianos fueron llevados a los circos romanos para ser sacrificados, pero algunos pudiéndose salvar no lo hicieron. 

En la Edad Media paso lo mismo, muchos murieron por amor a Cristo, pero otros pudiéndose salvar no lo hicieron.

Nada puede ocupar el lugar del amor. Dios sólo acepta el servicio motivado por el amor. Pablo, Pedro y Juan no hablaban de este modo. 

Estaban dispuesto a sufrir el martirio si era necesario, pero de ninguna manera les apetecía morir así.

MARANATA.

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NOTIFICACION A LOS LECTORES.

Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7 (a través de https:// se puede ver estos blog) Dentro de un mes me tienen que intervenir, y estaré convaleciente. Durante ese tiempo no podré poner las matutinas. Oren por mi.

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