martes, 19 de enero de 2021

COMO DEBE DE SER UN CRISTIANO.

No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal; no se goza en la injusticia, mas se goza en la verdad. 1º Cor. 13:5-6.

En el mundo del siglo XXI hay un concepto sumamente difundido según el cual si no posees amor, las normas de conducta tiene poquísima importancia. 

Y esto lo estamos viendo en la juventud de nuestros días. Hay una gran multitud de jóvenes que no saben “comportarse” dentro de la sociedad. 

Y como consecuencia su “comportamiento es deshonrosa” . Todo es licito mediante algún proceso de un cambio de su actitud. 

El amor nunca es descortés, rudo o tosco; nunca se conduce de tal manera que pueda herir la sensibilidad de la persona.

Cuando Cristo vivió en la tierra siempre tuvo en cuenta los sentimientos de los hombre y procedía con cortesía y corrección para todos. 

Cristo desea que cada seguidor suyo debe de ser cortés, amable, bondadoso, y nunca responderá a los impulsos de un corazón natural, de devolver la rudeza y ásperas palabras de descortesía, contra una persona. 

Pablo tenía un concepto o una idea diferente. El amor siempre va en busca de lo que es correcto y decoroso en todas la relaciones de la vida. Es decir: El amor “no es indecoroso, no busca lo suyo”. 

Lo diametralmente opuesto a la naturaleza del verdadero amor es la búsqueda egoísta de la ventaja, la influencia o el honor de uno mismo como el único propósito de la vida. 

Por amor el cristiano renuncia a su opiniones, deseos y practicas personales en bien de la tranquilidad, la convivencia y la felicidad de otros.

Pablo impugna el concepto según el cual cada uno vive para sí. Es lo que estamos viendo en nuestra sociedad hoy día. 

Nuestra sociedad a la cual pertenecemos, se ha perdido el concepto del amor por los semejantes, sólo vivimos para nosotros mismos, y si podemos hacer daño a nuestro semejante en beneficio personal lo hacemos. 

Jesús “anduvo haciendo bienes” (Hech.10:38).  

Esta afirmación demuestra claramente que nadie puede ser un verdadero cristiano, un verdadero seguidor de Cristo, 

si sólo vive para sí mismo o si su principal propósito en la vida es favorecer sus propios intereses. 

Cristiano es el que sigue a Cristo; es el que no tiene en cuenta las exigencias del corazón natural de dedicarse así mismo, y que esta dispuesto a sacrificar su comodidad, su tiempo, su tranquilidad, sus recursos y sus talentos en favor del bienestar de su prójimo. 

Esta clase de amor “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad”. La victoria siempre es una noticia mejor recibida que la derrota, ya se trate de la vida o de la guerra.

MARANATA.

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