jueves, 27 de agosto de 2020

UNA MENTE TRANQUILA.

Porque así dijo el Señor Jehová, el Santo de Israel: en descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza Isa. 30:15.
Hay una cosa que me inquieta mucho en nuestra sociedad. En el mundo existe una tendencia al alza de los tranquilizantes. Cada vez es mayor dentro de nuestra sociedad. 

Esas “píldoras llamadas de la paz y la tranquilidad” compradas en las farmacias proporciona a corto plazo la única tranquilidad y confianza al ser humano. 

Los médicos en su gran mayoría, cuando no sabe que es lo que tienes, te dan sedantes y si eso no da resultado, te dan otro medicamento muy similar para acallar la conciencia. 

Esto le pasa al cristiano, toma de otra fuentes doctrinas que creen que es el remedio adecuado para su salvación y después ven que su fe se debilita. 

Cristo llamo a Judá a volver a él, esta vuelta consistía el apartarse de los malos caminos y volverse a Dios. 

Si Judá no ejercitaba la fe esta se debilita por falta de no usarla. 

Cristo es el gran Medico, él nos da el remedio adecuado para nuestra curación. El cristiano debe de depositar su fe en él. 

Creo que un carácter sereno y pleno de confianza no se desarrolla por medio pastillas químicas. 

Sino por una comunión constante con Dios. Esto requiere un proceso lento y constante mediante la oración y la comunión con Cristo. 

Debemos cerrar las puertas del mundo, a fin de que la paz de Dios pueda entrar en nuestro corazón y calmar nuestro espíritu. En este sentido hablo Dios a Judá. 

Si lo hacía, encontraría confianza, descanso y paz. Pero si confiaban en la fuerza del hombre, sólo encontrarían frustraciones, dificultades y derrotas; pero la paz de Dios les traería paz, calma y fortaleza. 

Este es el consejo que Dios nos da al cristiano de hoy. Judá creía que su salvación estaba en los caballos, ya que con ellos podían resistir a Siria. 

“No con espada, ni con caballos, esta la fortaleza del hombre”. Esta reside en la fortaleza de Dios en el hombre. 

Hagamos de nuestro culto familiar para buscar y desarrollar nuestra comunión con Dios. El mundo vive una época de violencia y de frenesíes, llenos de ruidos y estruendos, de planes a corto plazo, todo con el propósito de poseer una tranquilidad que hoy no tenemos. 

Muchos se pasan el día alado de la ventana del mundo, y nos da avisos de sus mercancía. 

El cristiano esta bien informado. ¿Pero esta informado de lo que dice la palabra de Dios? 

¿Están informado de los últimos sucesos, antes de la venida de Cristo? La gran mayoría no lo están. 

La Biblia es la ventana que nos abre las puertas, para ver el futuro y prepararnos para esa venida de Cristo. 

¡Hay mucho que dejar! Y nada que llevar. Sólo se llevara el carácter que edifiquemos en la tierra.
MARANATA.
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