Mejores son dos que uno, porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; mas ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. Ecl. 4:9-10.
Es una de las palabras más triste de David, y a la vez una de las más triste de la Biblia. Cayeren. Es el verbo hebreo y se puede aplicar a una caída física, a la muerte, y a caer en poder de otro, o al fracaso en una empresa.
Es decir: En la época de David viajar era muy difícil si no ibas acompañado. Los salteadores de caminos, y las bandas de beduinos que asolaban a Israel era constantes.
David comprendía la soledad de su vida, y su soledad en muchas ocasiones era triste. “No había quien volviese por mi vida” (sal. 142:4). En el Sal. 121:5, Davis esta pidiendo la protección divina.
Es natural pensar que David esta pidiendo esa protección divina en sus viajes. Cuando uno esta pasando un peligro, nadie quiere la amistad de la persona por miedo a que a el le ocurra algo.
La soledad es triste si no tienes a alguien que te acompañe. Cuando uno esta pasando por dificultades, tanto espirituales, necesita ayuda para reprender el camino.
“Recuerdo una noche en el desierto del Magree, con esa oscuridad aparente, a no ser por la luz de las estrellas, no puedes encontrar el camino, para los toares era fácil, ya que estaban acostumbrados a esas situaciones.
Creo que una persona necesita algo más que la libertad. Necesita un lugar al cual llamarle hogar, una familia en la cual confiar en momentos de soledad.
“David se sentía sólo, necesitaba congregarse en torno a una familia, a un buen amigo”.Cuando lo encuentras, los verdaderos seguidores de Dios se alegran cuando eres librado de esa esclavitud.
Creo que aunque nuestro presente sea difícil y temeroso y el futuro inquieto, debemos de confiar en nuestra redención, que a la sazón esta más cerca de lo que creemos.
Creo como David que la familia significa mucho y tener amigos en los cuales confiar y que oren por ti, ya que conocen tus fallos.
Los momentos más cálidos y agradables de la vida son aquellos cuando, después de haber viajado por el desierto tantos años, y recorrer tantos países de Europa, vuelves a tu hogar y a una familia que te espera.
Es un sentimiento y una satisfacción en ser recibido por tu familia, y tu esposa y te prepara una buena comida de bienvenida.
Eso no se paga con todo el oro del mundo.
Este sentimiento de ser bien recibido y aceptado produce un bienestar sin igual.
Imaginemos cuando todos los hijos de Dios estemos en nuestro hogar.
Cual será nuestra satisfacción, de poder ver cara a cara a nuestro Salvador. No abra tristezas, ni dolor, ni sufrimiento. Estará toda la familia de Dios reunida. “Eso si es un gran gozo”.
Es decir: En la época de David viajar era muy difícil si no ibas acompañado. Los salteadores de caminos, y las bandas de beduinos que asolaban a Israel era constantes.
David comprendía la soledad de su vida, y su soledad en muchas ocasiones era triste. “No había quien volviese por mi vida” (sal. 142:4). En el Sal. 121:5, Davis esta pidiendo la protección divina.
Es natural pensar que David esta pidiendo esa protección divina en sus viajes. Cuando uno esta pasando un peligro, nadie quiere la amistad de la persona por miedo a que a el le ocurra algo.
La soledad es triste si no tienes a alguien que te acompañe. Cuando uno esta pasando por dificultades, tanto espirituales, necesita ayuda para reprender el camino.
“Recuerdo una noche en el desierto del Magree, con esa oscuridad aparente, a no ser por la luz de las estrellas, no puedes encontrar el camino, para los toares era fácil, ya que estaban acostumbrados a esas situaciones.
Creo que una persona necesita algo más que la libertad. Necesita un lugar al cual llamarle hogar, una familia en la cual confiar en momentos de soledad.
“David se sentía sólo, necesitaba congregarse en torno a una familia, a un buen amigo”.Cuando lo encuentras, los verdaderos seguidores de Dios se alegran cuando eres librado de esa esclavitud.
Creo que aunque nuestro presente sea difícil y temeroso y el futuro inquieto, debemos de confiar en nuestra redención, que a la sazón esta más cerca de lo que creemos.
Creo como David que la familia significa mucho y tener amigos en los cuales confiar y que oren por ti, ya que conocen tus fallos.
Los momentos más cálidos y agradables de la vida son aquellos cuando, después de haber viajado por el desierto tantos años, y recorrer tantos países de Europa, vuelves a tu hogar y a una familia que te espera.
Es un sentimiento y una satisfacción en ser recibido por tu familia, y tu esposa y te prepara una buena comida de bienvenida.
Eso no se paga con todo el oro del mundo.
Este sentimiento de ser bien recibido y aceptado produce un bienestar sin igual.
Imaginemos cuando todos los hijos de Dios estemos en nuestro hogar.
Cual será nuestra satisfacción, de poder ver cara a cara a nuestro Salvador. No abra tristezas, ni dolor, ni sufrimiento. Estará toda la familia de Dios reunida. “Eso si es un gran gozo”.
MARANATA.
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