ESCOGEMOS LA RELIGIÓN QUE NOS CONVIENE.

Mas a todos los que le recibieron, dioles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre Juan 1:12.

En el imperio Romano, era la costumbre de escoger la religión que mejor iba a nuestras ideas o a nuestra manera de vivir. Esto no ha cambiado mucho.

La transición del cristianismo del imperio romano a la de Constantino, no había diferencia. 

Todos adoraban a las diosas o dioses paganos, el cambio fue rápido y apenas perceptible, sólo tuvieron que cambiar los nombres a las imágenes paganas. 

Juan expone que creer en el nombre de alguien significa creer lo que esa persona dice. 

Los demonios creen que hay un Dios (Sant.2:19), pero esto es completamente diferente de creer “en el nombre de Dios”. 

La primera es una vivencia intelectual; la segunda moral y espiritual. 

Creer en el nombre de Cristo es posesionarse de los recursos de la salvación en Cristo Jesús. 

“La fe es la condición con la cual Dios ha creído conveniente prometer el perdón a los pecadores. 

No hay virtud alguna en la fe por la cual se puede merecer la salvación, pero la fe puede aferrarse de los méritos de Cristo, el remedio concedido es para el pecador. (EGW.RH. 4-11-90). 

Esto me recuerda a una anécdota que contó el Pastor W. R. Beach y dice: Un cliente entro en un negocio de artículos de arte y encargó una reproducción de un cuadro de Goya. 

Pasado un tiempo la mujer fue a la galería y vio el gravado, exclamó: “Oh ¿No puede hacerlo en otro color? Estos colores no combinan con mi salón”. 

Esta es la actitud de muchos cristianos. Quisieran que su vida fuera de otro color y cortada por otro patrón. 

El principal error de la humanidad es la presuntuosa creencia de que es el hombre, y no Dios, quien debe elegir el molde de los colores de la vida. 

La gran mayoría aceptan la fe cristiana y lo hacen con el pensamiento de que pueden usar la religión como una glorificada lámpara de Aladino. 

A la verdad, muchos cristianos profesan obediencia a Dios y entra a la iglesia porque creen que es una clase de vida fácil y un seguro contra el fuego del infierno. 

En el calvario la multitud esperaba que Cristo bajara de la cruz. Herodes “tenía esperanza de que Cristo un milagro. 

El cristiano no es una rozadora espiritual para quitar la roca. 

La fe cristiana debe convertirse para nosotros en un poder transformador de la existencia interior haciéndonos verdaderos hijos y hijas de Dios. 

Esta no es una experiencia de conveniencia, sino un nuevo nacimiento en la vida del cristiano. “Sin fe es imposible allegarse a Dios”.

MARANATA.

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