miércoles, 5 de agosto de 2020

ALCANZANDO PARA LO QUE FUI LLAMADO.

Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante Fil. 3:13.
Pablo, nos dirige a nosotros, sus lectores para llamarnos la atención. Para con diligencia estudiar la palabra de Dios, que a la sazón es vida eterna. Dios nos dio el razonamiento. 

Para saber la norma divina en que un cristiano debe andar en esta vida. Los griegos estaban acostumbrados a la retóricas, El general Itícrates fue criticado por Harmodio, era un ateniense de clase media alta. 

Itícrates miró a su rival a los ojos y hablo orgullosamente: “La historia de mi familia comienza conmigo; y la tuya, termina contigo”. 

A veces somos como los hombres que caminan de espalda mirando el pasado, y esto es un problema muy grave espiritualmente hablando. 

Pablo mira al futuro, y contempla su propio estado espiritual en relación con la norma divina puesta delante de él. Pablo no alcanzo la norma divina, pero seguía adelante. 

Es la norma que cada cristiano debería os seguir en nuestra vida. El único propósito de Pablo era cumplir el plan del Señor al llamarlo. Dios tiene un plan en tu vida, tienes un propósito que cumplir. 

El problema es, si te dejas o sesionar por el fracaso del pasado, puedes caer en un mundo oscuro espiritualmente. Pablo no miro al pasado, sólo tenía una menta. 

No procuraba las riquezas de este mundo, ni los honores en esta vida, la salvación de las almas era primordial para él. Cada cristiano deberíamos pensar como Pablo, en más aya dónde encontraremos a Jesus. 

De la unidad de su propósito provenía su profunda espiritualidad y el éxito de su ministerio. Esto es lo que debería motivarnos para predicar el evangelio al mundo. 

Debemos olvidar nuestro pasado, eliminemos de nuestra mente, pidiendo a Dios la fuerza que hoy no tenemos, y él nos la dará. 

No miremos atrás, eso sería un gran error, porque dejaríamos de ver la salvación que Cristo nos da. 

Hemos obtenido grandes victorias en nuestra vida, gracia a los méritos de Cristo, pero no es suficiente para afirmar la seguridad presente y futura. 

Tiempos se avecina para los hijos de Dios, muy difíciles, sólo obtendremos la victoria siendo transformados por el Espíritu de Dios. 

Debemos extendiéndonos a lo que esta delante, formándonos un carácter para la vida eterna. 


Es lo único que vamos a llevar de este mundo. 

Pablo lo entendió, él corría su carrera cristiana. Tenía una tarea que cumplir, sin importar su vida. 

Su misión estaba en su mente muy clara, tenia que llegar al fin del mundo para predicar la palabra de Cristo. ¿Aremos nosotros lo mismo que Pablo? ¡ojalá que así sea! 
MARANATA.
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