Estas cosas os he hablado, para
que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Juan.
15:11
Unas de las escenas mas hermosas
y triste a la vez es la que se efectuó en el aposento alto.
El gozo de Cristo consistía en que su ministerio se había cumplido fervorosamente, al llevar a cabo el propósito divino en la redención del hombre.
El propósito de su vida era glorificar a Dios. Reunidos con sus discípulos sabiendo que le quedaba unas pocas horas de vida, quería darles la paz que tanto ellos anhelaban en su corazón.
El cristiano debe de comprender que el gozo es el segundo de los frutos del Espíritu Santo que presenta Pablo en (Gál. 5:22).
Los discípulos intuían algo pero no sabían el que, horas después Cristo era entregado. Y por eso buscó consolarlos por anticipado, y enseñarles la preciosa verdad que ellos más tarde llevarían al mundo entero.
Les indico que esa noche iba a ser entregado, que iba
a morir y al tercer día resucitaría. Les dijo que más tarde
recibirían el Espíritu Santo que los consolaría. La tristeza
embargo sus corazones.
Era tan grande la tristeza que habían llenado sus corazones; mucho más quería explicarles, pero no podían soportarlo en ese momento. “Vosotros ahora tenéis tristeza –dijo tiernamente-; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitara vuestro gozo” (Juan 16:22).
Cristo le dio una de las más grandes promesas a sus discípulos y por ende a nosotros. “De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidieres al Padre en mi nombre, os lo dará. . . Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”. (Juan 16:23-24).
Muchos cristianos pueden dar fe de esta promesa, hombres y mujeres que han sido sacados de la más degradante perversión. “Tú eres uno de ellos, y yo”.
Cuantas gracias debemos dar a Dios por concedernos el consolador El cual nos conduce al trono del Padre.Jesús nos conduce hacia el trono de la misericordia:
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jun 14:9). “Todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Jun.15:15). Cristo iba a preparar una gran mansión para los hijos de Dios.
Una de las cosas que deberíamos tener claras es:
El consolador prometido “procede del padre”, luego el gozo era
suyo esa unidad con el Padre (expresada en su oración por ellos)
-¡sería de ellos si lo pedían!
“¡El padre mismo os ama!” Jesús sabe que sólo hay una manera de tener gozo en nuestro corazón. No se trata de vivir donde no hay dolor ni sufrimiento. No, se trata de tener una misión o caminar en las calles de grandes chalet.
Esto se logra siendo sumiso a las normas establecidas por Dios. En tener una relación intima con el Padre y con Jesús.
MARANATA.
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El gozo de Cristo consistía en que su ministerio se había cumplido fervorosamente, al llevar a cabo el propósito divino en la redención del hombre.
El propósito de su vida era glorificar a Dios. Reunidos con sus discípulos sabiendo que le quedaba unas pocas horas de vida, quería darles la paz que tanto ellos anhelaban en su corazón.
El cristiano debe de comprender que el gozo es el segundo de los frutos del Espíritu Santo que presenta Pablo en (Gál. 5:22).
Los discípulos intuían algo pero no sabían el que, horas después Cristo era entregado. Y por eso buscó consolarlos por anticipado, y enseñarles la preciosa verdad que ellos más tarde llevarían al mundo entero.
Les indico que esa noche iba a ser entregado, que iba
a morir y al tercer día resucitaría. Les dijo que más tarde
recibirían el Espíritu Santo que los consolaría. La tristeza
embargo sus corazones. Era tan grande la tristeza que habían llenado sus corazones; mucho más quería explicarles, pero no podían soportarlo en ese momento. “Vosotros ahora tenéis tristeza –dijo tiernamente-; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitara vuestro gozo” (Juan 16:22).
Cristo le dio una de las más grandes promesas a sus discípulos y por ende a nosotros. “De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidieres al Padre en mi nombre, os lo dará. . . Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”. (Juan 16:23-24).
Muchos cristianos pueden dar fe de esta promesa, hombres y mujeres que han sido sacados de la más degradante perversión. “Tú eres uno de ellos, y yo”.
Cuantas gracias debemos dar a Dios por concedernos el consolador El cual nos conduce al trono del Padre.Jesús nos conduce hacia el trono de la misericordia:
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jun 14:9). “Todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Jun.15:15). Cristo iba a preparar una gran mansión para los hijos de Dios.
Una de las cosas que deberíamos tener claras es:
El consolador prometido “procede del padre”, luego el gozo era
suyo esa unidad con el Padre (expresada en su oración por ellos)
-¡sería de ellos si lo pedían! “¡El padre mismo os ama!” Jesús sabe que sólo hay una manera de tener gozo en nuestro corazón. No se trata de vivir donde no hay dolor ni sufrimiento. No, se trata de tener una misión o caminar en las calles de grandes chalet.
Esto se logra siendo sumiso a las normas establecidas por Dios. En tener una relación intima con el Padre y con Jesús.
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