viernes, 3 de agosto de 2018

CONOCEMOS LA RESPUESTA.

Les dijo: ¿Recibiste el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Hech. 19:2.
Durante mi vida de cristiano nunca e visto que yo sepa el derramamiento del Espíritu Santo en la iglesia. Pero si e visto a hombres temerosos de Dios llenos del Espíritu santo. 

Creo que la manifestación del Espíritu Santo es uno de  los dones más  hermanos, cierto es que no todo valemos para lo mismo. Es por eso que hay diversidad de dones y eso es maravilloso. 

Los discípulos de Éfeso eran hombres que “creyeron”, como tu y yo cuando oímos de las verdades de las profecías. El Espíritu Santo empezó a trabajar en nosotros, para hacer del pueblo de Dios un pueblo santo. 

Sólo los que aceptan a Cristo como el Mesías podrán ser salvos. Todos aquellos que crean y guarden la ley (los mandamientos) estos serán transformados para la venida de Jesús. 

Así que “habiendo creído en él, fuisteis sellado con el Espíritu Santo de la promesa” (Efe. 1:13).

La pregunta es: ¿Ha aceptado usted a Jesús como su Salvador personal? Si es así, usted ha recibido el Espíritu Santo en su corazón (Isa. 36:25.27; Rom 8:9; 2 Cor. 1:21-22). 

Este suceso ocurrió hace siglos atrás después del Pentecostés, pero estos hombres, como Apolos, tenían una experiencia personal con Cristo. 

Habían sido bautizados por Juan y habían aceptado a Jesús como su Salvador, pero no habían recibido el bautismo del Espíritu Santo. Dos mil años después de este hecho, hay muchos cristianos que se encuentra en la misma situación, tienen una relación con Dios, pero no han recibido el derramamiento          lluvia tardía.. 

Es por eso que debemos de orar por el derramamiento del Espíritu Santo, para ser bautizados por el Espíritu. No hay duda de que durante los 1260 años de dominación Papal, hombres temerosos de Dios fueron llenos del poder del Espíritu Santo. 

Podríamos mencionar a muchos, pero ya lo hemos hecho anteriormente. Hay un ejemplo que todos entenderemos perfectamente. La electricidad no es una teoría, es un hecho, no la vemos pero sentimos sus efectos llega a casa y con ella podemos cocinar. 

La sentimos en la calle, cuando alumbra las farolas, es invisible pero sus efecto se notan. Así es el Espíritu Santo, cuando le dejamos obrar en nuestras vidas. 

Las personas ven sus efectos y pueden alabar al Dios.

Somos espejos al mundo y depende la relación que hay entre nuestro Dios, los hombres pueden dar gloria a Dios. 

Pero si nuestra relación no es la correcta el nombre de Dios es deshonrado, y solo usted y yo somos responsable de ese acto. 

El Espíritu Santo esta a nuestra disposición diariamente, para que tengamos un Pentecostés.
MARANATA.
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