viernes, 12 de julio de 2013

¡POR FIN EN CASA!

Y su Señor le dijo: Bien hecho, siervo bueno y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor. (Mateo. 25:21).  La ciudad del gran Rey.

Cuando vuestros sentidos de deleite en la amena belleza de la tierra, pensad en el mundo venidero que nunca conocerá mancha de pecado ni de muerte; donde la faz de la naturaleza no llevará sombra de maldición.

Cierra los ojos y trata de imaginarte en tu mente  como será la morada de los justos; ya que tu as visto los paisajes más vellos de la tierra, ahora puedes hacerte una composición de como será la morada de los justos.  Pero nunca  podrás por más lucidez que tengas a comprender como será la tierra gloriosa.

En los variados dones de Dios en la naturaleza no vemos sino el reflejo más de su gloria.  Esta escrito:m"Cosa que ojo no vio, ni oído oyó, no ha subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman." (1º Cor. 2:9). [A lo largo de mi vida e visto paisajes muy hermosos, en Venezuela vi como la selva tenia vida, los pájaros de varios colores se mezclaba con el verde vivo de la selva. 

En el desierto de las dunas de mesuga, vi el cielo más hermoso que nunca contemplaron mis ojos, los vellos oasis en medio de un desierto que solo es habitada por los reptiles. En España, los picos más alto el a neto, y el monte perdido, donde se vislumbra un paisaje maravilloso].  todo estas bellezas daban gloria a Dios.  Pero nunca podremos alcanzar a deslumbrar la belleza de la tierra Nueva.

Sigamos viajando a través del tiempo.  Luego las puertas del cielo se abrirán para recibir a los hijos de Dios, y de los labios del Rey de gloria resonará en nuestros oídos, como la más rica música, la bendición:
"¡Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo!" (Mat. 25:34).

Entonces los redimidos serán recibidos con gozo en el lugar que Jesús les está preparando.  Jesús conducirá a los redimidos a las puertas de la ciudad; y al llegar a ella la hizo girar sobre sus relucientes goznes y mandó que entraran todas las gentes que hubiesen guardado la verdad.

Pero el siervo fiel, que ha puesto sus dones al servicio de Dios será recompensado fielmente.  El Señor no pedirá de los pobres lo que no tienen para dar.  No exigirá de los enfermos las energías activas de las cuales carece la debilidad corporal.  Nadie debe quejarse porque no puede glorificar a Dios con talentos que nunca les fueron confiados.  Pero si tenéis un talento nada más, usarlo bien y se aumentará. Si los talentos no se entierran, ganarán otros talentos.


Estos será los redimidos que Cristo llevara a la ciudad Santa.  Y dentro de la ciudad habrá todo lo que pudiese agradar a la vista.  Por doquier los redimidos contemplaran la abundante gloria.  Jesús mirara a los redimidos santos cuyo semblante irradiaba gloria, y fijando en ellos sus ojos bondadosos les dijo con voz rica y musical:  "Contemplo el trabajo de mi alma, y estoy satisfecho.

Vuestra es esta excelsa gloria para que la disfrutéis eternamente. La pregunta que se plantea es: ¿Querrás estar tu allí? 
"Si hay alguien que continuamente debe estar agradecido, es el seguidor de Cristo.  Si hay alguien que disfruta de un verdadero gozo aun en esta vida, es el fiel cristiano." (NEV. p. 203; Maranata. p. 317).

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