miércoles, 10 de julio de 2013

ES TIEMPO DE COMENZAR A TRABAJAR

Bastante habéis rodeado este monte; volveos al norte.  Pues Jehová tu Dios te ha bendecido. . . (Deut. 2:3,7 pp).

Durante estos meses pasados hemos pensado y orado mucho acerca de un reavivamiento de la verdad piedad.  Todas las oraciones que han sido escuchadas por Dios y todo acercamiento hacia él ha sido bendecido.

Pero hasta que el tiempo de gracia termine permanece la necesidad de una búsqueda más ferviente del Señor.  Un intenso fervor por parte del cristiano  debiera tomar posesión de nosotros al agradecerle a Dios por lo ya realizado hasta ahora por ti y por mi, y al comprender lo que todavía necesita ser hecho en nosotros.En el texto de hoy Moisés recuerda como el Señor había dicho, después de que los israelitas hubieron pasado cuarenta años en el desierto, por no hacer la voluntad de Dios que había estado allí suficiente tiempo.

Era hora de que se volvieran al norte.  Era hora de que se movieran unidos y en concierto hacia Canaán.  Creo que no hace falta mostrar el paralelismo y la rebelión que apartaron al antiguo Israel durante cuarenta años de incredulidad, y de murmuración y la rebelión apartaron al antiguo Israel de la tierra prometida.

Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial.  No hay ninguna diferencia entre ambos grupos, los dirigentes no estuvieron a la altura que Dios les pidió. Hoy en pleno siglo XXI, dirigentes no dan la talla, se marcha, para hacer un ministerio independientes, o se marcha por adulterio etc..  (la cursiva es mía). Y doy fe de ello.

En ningún caso fallaron las promesas de Dios.  La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y la contienda entre los que se dicen hijos de Dios son las cosas que nos han mantenido en este mundo de pecado y dolor durante tantos años.(Evangelismo p. 696)

Consideremos uno por uno los obstáculos mencionados.  Hay incredulidad. ¿Realmente creemos que Dios podría terminar su obra ahora? ¿Queremos que lo haga? ¿O nos importa poco? 

Luego hay mundanalidad.  Y falta de consagración.  Y contiendas. ¿Como puede Dios obrar entre nosotros, como antiguamente en la tribu de Rubén, de "grandes deliberaciones de corazón" (ver Jueces. 5:16 VM).
Hasta que llegue la lluvia tardía en su plenitud (y no se derramara sobre todo el pueblo, ya que la gran mayoría se perderán). 

Seguirá siendo cierto  que "la mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio"  y que "procurarlo debiera ser nuestra primera obra" (Mesajes selectos, tomo. I, p. 141).

¡Hemos acampado (en Cades barnea donde el pueblo se corrompió)  "bastante"!  ¡Es tiempo de comenzar a movernos!  ¡Maranata!

Basada en E.G.W.

la cursiva es de un servidor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario