LOS SETENTA.

Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, y sin alforja, y sin zapatos, ¿os falto algo? Y ellos dijeron : nada. Entonces, les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja, y el que no tiene espada, venda su capa y compre una. Luc 22:35-36.

La misión de Jesús fue enviar a los 70 a predicar el Evangelio la región de galilea. No les dio ni bolsa ni zapato, pero les dio el Evangelio eterno. Para los judíos era una ofensa ir a tierra de los gentiles. 

No había llegado el momento para ellos. Jesús no deseaba tener un enfrentamiento con los dirigentes Judíos. El motivo era justificado. 

Estos discípulos estaba preparando el camino para la cosecha. No tenían que entrar por tierra samaritana, de hecho Cristo fue el que rompió el hielo con la samaritana. 

La misión de estos setenta fue muy corta, pero muy efectiva, cuando Jesús salió a predicar el evangelio. 

Recuerdo en mi juventud que se escogieron a 70 personas con este mismo fin en la ciudad de Zaragoza. El resultado fue que muchos de ellos tuvieron una gran experiencia, pero no hubo ningún bautismo. 

La semilla se dejo en esa ciudad, y con el tiempo dio el fruto, no el deseado, pero lo dio. Todos nosotros, Usted y yo, somos mensajeros conforme a la voluntad de Dios. 

La misión nuestra, es dar la noticia de que Cristo viene. No tenemos que llevar bolsa, o plata, pero si la espada de doble filo, esa si debemos de llevarla. 

Cierto es que los tiempos han cambiado, y hoy hay que llevar algo de plata si queremos desplazarnos a otra ciudad o pueblos. Cristo dijo a sus discípulos: “La mies es mucha, mas los obreros pocos” (Mat. 9:37). 

Es ya sabido que los pastores no van a terminar la obra, los que si tienen que ir a buscar la mies, son los laicos. 

Tengo que decir con toda sinceridad, que desde que estoy en este ministerio, e visto a mucha gente comprometida, no la que el Señor desea, per si la hay. 

Las redes sociales y por Internet veo cada vez mas las predicaciones, y amonestaciones de que Cristo esta cerca. “Y en aquel tiempo será predicado el Evangelio para testimonio de ellos, y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14). 

El que busca la verdad comprenderá los principios de la ley de Dios al contemplar a Cristo para ser como él, y se siente insatisfecho con todo lo que no sea la perfección. 

Ocultando su vida en la vida de Cristo, ve que la santidad de la ley divina se revela en el carácter de Cristo, y se esfuerza más y más por ser como él. 

Aquí esta la gran cosecha, muchos comprenderán la verdad por el testimonio que demos. Muchos murieron por la fe que depositaron en su Señor, y dieron gran testimonio que llega hasta nuestros días.

MARANATA.

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