LA ACTITUD DE MARTA.

Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? 

Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y Maria ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. Luc. 10:40-42

Marta estaba muy atareada ya que esperaba la visita del Maestro, y quería tener la casa preparada para recibir al invitado de honor. No tenía en cuenta que las cosas materiales no es lo que llena al hombre, sino lo espiritual. 

Hay personas que se afanan por tener la casa muy limpia y aseada, eso esta bien, pero no llegar al punto de que dicha tarea pueda ser una o sesión.

Hay un detalle que pasamos de largo cuando estudiamos este pasaje. Marta no sólo culpó a Maria en su ruego a Jesús, sino que indirectamente lo censuro a él. 

Insinuó que el verdadero problema era que a Jesús no le importaba la situación y no tenía intención de hacer nada al respecto, que le complacía más que María lo escuchara a él antes que ayudar a su hermana a preparar la comida. 

Es triste pensar que la mayoría del pueblo de Dios, somos criticones, y no tenemos una verdadera fe y confianza en nuestro Dios. Marta es un ejemplo vivo. 

Nos afanamos por las cosas de esta vida. Y no vemos la triste realidad de nuestra condición. 

Marta, como muchas Martas de este tiempo, están ansiosa por los quehaceres de esta vida, y no tienen tiempo para comunicarse con Dios y buscar su dirección.

El tiempo más ideal antes de empezar la jornada es las primeras horas del día para buscar su dirección. Jesús había pronunciado una clara admonición contra esto mismo en el Sermón del Monte (Mat. 6:25, 28, 31, 34). 

Con humildad lo digo, todos los que siguen a Jesús deberíamos de evitar el espíritu de constante preocupación que impulsó Maria a hacer su impaciente pedido a Jesús. 

Los que comienza a medias su vida cristiana, al final se encontrarán enteramente del lado del enemigo, no importa cuáles hayan sido sus primeras intenciones. 

Los hombres y mujeres vacilantes son los mejore aliados de Satanás. Jesús le dijo: “aun te falta una cosa”. Marta era diligente, exacta, y enérgica, pero le faltaba el espíritu tranquilo. 

A muchos cristianos nos falta la tranquilidad y el el espíritu tranquilo (DTG483), y piadoso con los de más. Tenemos que aprender la lección de Marta, y poner el reino de los cielos en primer lugar. 

Hay muchas Martas nobles que dedican su tiempo a su familia. Tales mujeres son dignas de alabar dentro de la sociedad. 

Pero tienen que dejar un tiempo, para leer la Biblia y meditar en lo que dice Jesús. 

Hay muchas martas que salen al encuentro de Jesús.¿Eres tú una de ellas? Jesús te llama, sal a su encuentro.

MARANATA.

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