LAS ACTITUDES BUENAS.

Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 
Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentada a los pies de Jesús, oía sus palabras. Lucas 10:38-39.

Jesús y sus discípulos estaban saliendo de la zona de Wadi Qelt, desde Jericó, con dirección a Betania (DTG483).Jesús visito con mucha frecuencia la casa de Marta Maria y Lazaro, porque allí encontraba un hogar apacible y bondadoso. 

Se nos relata el carácter de Marta, era la mayor y la que a ministraba la casa, y por lo tanto estaba pendiente de todo. Maria era más espiritual y se ocupaba de este ministerio en la casa. 

Lazaro era unos de los seguidores de Jesús, y estaba convencido del ministerio, y creía que era enviado por Dios para amonestar a su pueblo. 

Marta era una mujer que estaba pendiente de todo los detalles en la casa, y le justaba tener todo en orden. 

Esto no quiere decir que era descuidada en las cosas religiosas, ¡no! Solamente le justaba que todo estuviera en orden cuándo llegada de Jesús a su casa. Marta veía que su hermana no le ayudaba y en este caso se molesto. 

Marta no vio la gran necesidad de escuchar a Jesús, ella quería atender al Maestro en sus necesidades. 

Cristo no la censuro por eso, sino por que ella ponía más atención a las cosas de este mundo. 

Hay muchas mujeres que quieren atender bien a su familia, y a sus hijos. Pero dejan lo más importante para lo último, es decir: estudiar la palabra y conocer más de Cristo y de su vendida. 

El afán de esta vida no nos llevará a la vida eterna. Hay que tener tiempo para las cosas de Dios, ese debe de ser el primer lugar en nuestra vida.

El estudio, la oración debe de ocupar el primer lugar en la familia. María llevaría toda su vida la impresión del mensaje de Jesús en su vida. Hay tiempo de servir a Cristo durante nuestra vida como lo hizo Maria. 

Muchas Martas no tienen tiempo para su estado espiritual, ya que no ponen a Dios en primer lugar. Hay que tener percepción de lo que Dios nos dice cada mañana al estudiar su palabra. 

“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o que beberemos, o que vistiéremos? (Mat 6:25-34 ). El cristiano discierne claramente el valor relativo de las cosas, y su preocupación está en proporción con ese valor. 

Comprende que el bienestar espiritual de esta vida es más importante, que todas las riquezas del mundo.

Maria comprendió y atesoro todo lo que Jesús le dijo.

El cristiano necesita en las primeras horas del alba, buscar a Dios en humilde oración, Leer el Camino a Cristo o el DTG. 

Nos dará una perspectiva del amor de Jesus para transmitirlo a otras personas. 

Es en el mundo de lo espiritual en donde la vida se vive plenamente. Seamos como Maria, y busquemos el camino que nos lleve a la eternidad.

MARANATA.

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