Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; más mi pueblo no conocen el juicio de Jehová. Jeremías 8:7
En muchas ocasiones con mis amigos, hemos ido a observar las grullas de la laguna Gallo canta, que se dirigen al Africa. Estas vienen del centro de Europa.
Las e visto venir por manadas y algunas solitaria. Lo más curioso e visto, que en la punta de flecha de la bandada. La que va delante se turna cuando viene el relevo. Saben su camino y no se pierden aunque haya tormenta.
El profeta Jeremías estable un nítido contraste entre la fidelidad de las aves a sus instintos migratorios y la deslealtad del hombre a las leyes que gobierna su ser.
Las aves saben el tiempo de su visitación, saben cuándo es el momento oportuno de emigrar a otro lugar. Pero el pueblo de Dios ignora el día de su visitación.
Las aves saben el momento de la partida, en esto nos dan una lección al ser humano.
En cierta ocasión oí decir a un Joven “¡ Si no voy al cine ni al baile me dirán que soy un extremista y un fanático!”
Esto se loi decir hace 20 años a un joven. Pero muchos de los jóvenes del pueblo de Dios, van hoy día a las discotecas y a otros sitios que no son lícitos ante los ojos de Dios.
La vida es corta y el tiempo es su esencia. Los jóvenes quieren vivir la vida, pero ignora el día de su visitación. Cada momento valen y los minutos que pasan son más precioso que el oro afinado. Pero son palabras que caen en saco roto.
Pero nada es tan valioso como el tiempo. Y el, no esta ya en la iglesia. Salomón lo sabía muy bien. El tiempo pasa y cuando nos damos cuenta, tenemos 70 años, y no hemos sacado provecho de la Palabra de Dios.
Dios nos ha otorgado a cada hijo y hija unos dones, y tiempo para desarrollar nuestro caracteres, y ¿que hemos hecho? ¡Nada!
Hablo en términos generales. Todos daremos cuenta a Dios. “Esto me lo digo a mí mismo”. Cada uno de los hijos de Dios, que dicen: que guarda sus mandamientos, yo le aconsejo que se mire a través de la Biblia.
Y se vera reflejado en el A.T. Los profetas amonestaron al pueblo de Dios, para que fueran por el buen camino. Pero era un pueblo de dura cerviz. ¿No pasa hoy lo mismo?
Tenemos que deja más el mundo, y centrarnos mas en las cosas de Dios. Tenemos que mejorar nuestra disposición para servir mejor a nuestro Maestro.
Sostener la iglesia en programas misioneros. Hallar y cumplir la misión que Dios me ha dado.
Vivir una vida equilibrada, con tiempo para la meditación y la oración.
Escoger lo que es recto y agradable a Dios. No olvidemos que las aves responde a Dios mejor que nosotros. Saben el día de su visitación. ¿Lo sabemos nosotros?
MARANATA.
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