miércoles, 18 de diciembre de 2019

CRISTO LLORA SOBRE LA CIUDAD.


Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella. Luc. 19:41.
Cristo se dirigía a la ciudad de Jerusalén con sus discípulos y Venían de Betania y desde la cima del monte de los olivos se divisaba el valle del Cedrón. 

Desde el monte se divisaba la gran ciudad de Dios, con el templo del Dios Altísimo. Desde la cima del monte de los Olivos (C.S.19) se podía ver el templo y el resto de la ciudad. 

El espectáculo era verdaderamente hermoso, y la cumbre estaba a sólo 1000 metros de distancia de la ciudad. No lejos de la puerta de las ovejas, por donde se divisaba el calvario y por donde Jesús tenia que pasa poco después (DTG.528-529). 

El templo resplandecía con su cúpula de mármol blanco que brillaba bajo el sol radiante. Debe de haber sido un espectáculo maravilloso para Jesús. 

Era natural que el corazón de Jesús se llenara de gozo y al mismo tiempo de tristeza, ver la santa ciudad, que Cristo mando construir a su siervo David. 

Cuando los judíos venia de todos los lados, veían la hermosa ciudad, y sus corazones se alegraban. 

Pero Jesús lloro públicamente porque veía lo que la gente del pueblo no podían ver: el terrible fin de Jerusalén a manos de los romanos. 

¿ Jesús vio el futuro, y lloro amargamente por sus hermanos. 

Desde la muerte de Cristo, y la muerte de Esteban, el pueblo tenia un tiempo de gracias, pero Israel rechazo la verdad. Y desde Esteban hasta el año 70 d.C.

 El tiempo de gracia se acabo. Vespasiano y su hijo Tiro rodearon la ciudad, pero fue Tito quien la conquisto y la arraso. Cristo vio todo y por eso lloro. 

 Es triste que la historia se repita con el pueblo de Dios, en los mismo términos que Israel de antaño. Pero los dirigentes de Israel no quisieron aclamar, ni aceptar las advertencias de Dios. 

La mundanalidad, el desprecio de los dirigentes, escribas y fariseos, por la verdad presente de aquella época, los precipito al abismo. 

Es muy difícil el aprender en cabeza ajena. Dios nos da avisos, tras aviso, de que su pueblo, los que guardan los mandamientos de Dios y dicen tener la fe de Jesús, pero están tibios, amenos que nos arrepentíamos seremos vomitados por su boca. 

 Cristo llama a tu puerta, y también a la mía y nos dice: “Despiértate tú que duermes. Y levántate de los muertos, y te alumbrara Cristo” 

Esta frase se repite 114 veces en la Biblia. Cristo nos llama a despertarnos del letargo en que estamos. 

Miren y escuchemos la orden del Señor, puede marcar la diferencia de estar enfermos o sanos espiritualmente.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7.

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