martes, 16 de septiembre de 2014

¿PODEMOS VENCER AL SEÑOR?


Venció al ángel, y prevaleció; Y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros. Oseas. 12:4

Nuestro texto de hoy es uno de los más asombrosos de la Escrituras. Se nos relata a la lucha que se entablo entre Jacob y el ángel ¿Imaginaros por un momento, solo por un momento, lo que significa que un hombre mortal pueda vencer al Señor?

Dios habla a Jacob (Gén. 32:26): “Déjame, porque raya el alba”. El ángel no dio ninguna explicación porque quería marcharse. El Todopoderoso no podía irse si Jacob no se lo permitía. ¡Que extraño espectáculo! ¡El Omnipotente era incapaz de librase del miserable Jacob!

El golpe le dejo invalido y la voz divina había convencido a Jacob que era un mensajero de Dios. Este pidió como una dádiva el perdón y la protección. No propuso una transacción; suplicó porque su situación era desesperada. Comprendió que sus recursos era inadecuados.

¡El patriarca había vencido al Señor! Ya no confiaba en su propia sabiduría y en su fuerza, ahora había aprendido a confiar en Dios. Pero era la victoria de la humildad, de la sumisión, de la entrega persona.
La mayoría de la humanidad, confía en su fuerza y en su sabiduría. El cristiano que se pone en las manos de Dios, y él, precisamente porque es Dios, no pondrá menos que bendecirte cuando te aferres de él por fe.

Otro ejemplo de la misericordia de Dios lo vemos con Moisés,
Exo. 32:10 Moisés imploraba a Dios que tuviera misericordia de Israel. Dios le dice a Moisés: “Ahora, pues, déjame que se encienda mi furor” Moisés expone sus argumento delante de Dios. Este es otro ejemplo de un hombre una admirable fe en el amor de Dios.

El Señor se complace cuando sus santos lo vencen. El hombre debería luchar más a menudo con Dios y obtener bendiciones por medio de la entrega personal. Una ilustración de esto, que encontramos en el N.T. Es el caso de la mujer sirofenisa, que vino a Jesús pidiendo la ayuda para su hija.

Ala insistencia de ella, le dijo: “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mt. 15:24). Sin Embargo, siguió insistiendo , y arrojándose a sus pies lo adoró y le dijo: “Señor, ayúdame” (vers 25).

Entonces Jesús le dio una respuesta que habría desanimado a muchos: “No está bien tomar el pan de los hijos, y darlo a los perrillos” (vers.26). Tal fue la fe de esa mujer que le dijo: “Pero un perrillo come de las migajas que caen de la mesa de su amo” (vers.27).

¿Como podía el Señor rechazar a una mujer como ésta, aun cuando pertenecía a la despreciable raza de los cananeos? Muchos son como mosca que vuelan sobre una flor. 

 No buscan el néctar; por eso no se posan en ellas. Otros, en cambio, como Jacob, son como las abejas. Penetran en la flor hasta que la bendición del néctar los envuelven completamente. Sea esta tu experiencia en este día.
Promesa.
Ahora el cielo espera y anhela el regreso de los pródigos que están alejados del redil para vagar” “Ahora el Dios te invita. Ahora, precisamente ahora, te pide que vuelvas a él sin demora, y él te perdonará y sanará misericordiosamente todos tus desvíos” (LC 10; 1T 431).
Maranata.
http:// lecciones-biblicas.blogspot.com
La Biblia a través del tiempo
http://segunda venida apocalíptica

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