De cierto de cierto
os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, rtiene vida
eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Juan 5:24.
La frase “no
vendrá a condenación”, simplemente signofica que una persona está
libre de toda condenación debido a que ha sido justificada por la
sangre de Cristo. Al hecho de queCristo haya pagado nuestra deuda en
la cruz esto lo llamamos justificación.
Cuando un pecador
sigue los sencillos pasos del arrepentimiento, la confesión y la
restauración, el Señor escribe la palabra “justificado” sobre
su vida y en su registro en los cielos. Pablo lo dice en forma muy
hermosa: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1).
El que oye. Este
verso es muy significativo porque demuestra la estrecha relación
entre oír y creer. Los dos están expresados en griego mediante
participios que comparte un articulo en común, lo que implica que
oír no tiene valor a menos que también se crea (Mt. 7:24).
La idea de estar en
paz con Dios. Significa sencillamente que a los que hemos estado
abrumados por el sentimiento de culpabilidad, ahora se nos declara
libres de toda condenación.
Gracias a lo que el
Señor hizo en la cruz, no estamos más expuestos a la condenación
de la ley.
No estamos más bajo
la terrible sentencia de muerte: ¡Estamos
absueltos! En el
capitulo ocho de Romanos, que comienza con “Ninguna condenación”
y termina con “Nada podrá separarnos”, aparece la siguiente
pregunta: “¿Quien es el que condena”?. Los cristianos no
necesitan temerla. ¿Por qué? Porque “Cristo es el que murió. .
. el que además está a la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros” ( vers. 34) Esto incluye a todos los seres
humanos que lo hace ten.
El Rey Darío de
Persia trabajó hasta el anochecer para librar a Daniel del foso de
los leones. (Ver Dan. 6:14). Pero todos sus esfuerzos fueron
infructuosos. Daniel tenía que ser arrojado al foso de los leones,
fieras que llevaban varios días sin comer.
Sin embargo, si el
rey, que respetaba admiraba mucho a Daniel, hubiera decidido
ofrecerse a sí mismo como sacrificio, estoy totalmente seguro de que
nadie hubiera tocado a Daniel.
¿Como podría
haberlo condenado si el rey se hubiera sometido al castigo que él
mismo había instituido?
Cristo estableció
la Ley, y la ley dice: el alma que pecare esa morirá. (Ezq. 18:4).
Pero Cristo que estableció la ley, murió para restablecer la ley
que había sido quebrantada por el hombre.
La hermosura que implica el concepto de la justificación, nos induce a entregarnos plenamente a Cristo.
La hermosura que implica el concepto de la justificación, nos induce a entregarnos plenamente a Cristo.
Maranata.
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La
Biblia a través del tiempo
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venida apocalíptica
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