martes, 2 de septiembre de 2014

NO ES MERO LEGALISMO.


Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Romanos. 3:24.

La justificación es más que un acto legal. Sin duda alguna borra todos nuestros pecados. Cuando la mente comprende que nuestros pecados fueron borrados porque Alguien murió por nosotros en la cruz, el corazón se enternece y subyuga.

No podemos comprender la doctrina de la justificación sin que ejerza su influencia sobre nosotros. ¿por qué? Porque vemos al Señor En la cruz. Vemos nuestra pecaminosidad, pero también vemos a Dios que toma forma humana para recibir el castigo, de manera que nosotros no suframos ni muramos.

No es extraño, entonces, que Pablo haya exclamado: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” (Heb. 2:3). La justificación, correctamente comprendida, limpia de pecado el alma del hombre tanto legal como experimentalmente.

Por esta razón encontramos la cruz de Cristo en el corazón mismo del mensaje del primer ángel. La bestia apocalíptica ha intentado ocultar el admirable amor manifestado en la cruz; ha inducido a los hombres a mirarse a sí mismos y a sus propias obras; ha tratado de inculcar a la gente que se puede salvar a sí mismas por las obras, los sacrificios y por las largas penitencias
y que la cruz de Cristo es totalmente innecesaria para la salvación.

Nos dice además: “Se buenos vecinos, acepta algún puesto en la iglesia, confesaros y dar grandes ofrendas. Lo curioso es que 
en la iglesia existe algunos cree que dando grandes ofrendas y teniendo cargos y hacen muchas oraciones, camina sobre brasas, pero por favor, no mires a la cruz de Cristo”.

Los que realmente comprendan lo que significa la justificación, odiaran al pecado que causo la muerte del Señor en la cruz. Aun más: Al sentirnos libres de la obsesión de la muerte, nos sentimos inducidos a obedecer por amor.

Cuanto más comprendamos las verdades de la justificación, tanto más desearemos no pecar nunca más. Llegaremos a odiar el pecado cuando comprendamos que para liberarnos de él, el Hijo de Dios tuvo que morir en la cruz.

No importa qué hagas hoy ni adonde vayas mañana, verás siempre el maravillosos amor de Dios revelado en la cruz. Mediante en el precio infinito que tuvo que pagar el Cielo para redimirnos pensar y meditar en pedir más ayuda a nuestro Padre para tener la victoria total sobre el pecado.

Estos pensamientos espero que te infunda un genuino sentimiento de dignidad, atí y a mi, y que nos insta a entregarnos completamente al que nos ama con tierno amor.
Promesa.
¿Has vagado lejos de Dios?”. . . Levantaos e id a vuestro Padre. El os saldrá al encuentro aunque estés lejos. Si dais, un solo pasa hacia él arrepentimiento, se apresurará a rodearos con sus brazos de amor infinito. (P.P.U.D. p. 20).
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La Biblia a través del tiempo




 

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