De la cárcel y de
juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque
cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi
pueblo fue herido. Y dispúsose con los impíos su sepultura, mas con
los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo
engaño en su boca. Isa.53:8,9.
Este testo para los
judíos y árabes, no tiene explicación ya que no creen en un Mesías
redentor; por lo tanto no tiene parte como colectivo en la
resurrección.
Él hombre a que se refiere el texto, no fue juzgado
con justicia, a pesar que se pretendió seguir un procedimiento
judicial correcto. La sentencia no fue justa.
El que un inocente sea
llevado a la fuerza a juicio, condenado ilegalmente y condenado y
ejecutado por los crímenes que no a cometido, se opone a todo
concepto de justicia. Pero cuando entendemos que este inocente fue
él Mesías, la tragedia resulta más ofensiva todavía.
Más de
1.700 millones no creen en Cristo él Mesías, ni los judíos. Estos
hechos por increíble que parezcan, es una realidad increíble que
hiere las mentes más agudas y sensibles.
Y esta es la gran
pregunta: ¿No es cierto que todo hombre y mujer creen en un juicio?
Por eso, “¿no es maravilla que en el día del juicio final “en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre?” (Fil.
2:10,11).
¿Que puede hacer Satanás, o Iblis y su ejercito de
ángeles y de seres humanos, sino postrase delante de Dios y
reconocer la injusticia cometida con nuestro Señor Jesucristo? ¿Como
esta multitud de rebeldes pueden negar el infinito amor del Señor
Jesucristo por la raza caída?
La frase: “Por nuestras rebeldías
fue entregado a la muerte” (Isa. 53:8). Creo como creyente que
nuestro corazón debería ser zarandeado, cuando se criba el trigo.
Nuestra mente debiera ser presa de la tortura del remordimiento si
el sacrificio de Jesús no tuviera significado ni efecto en nosotros
los creyentes de la Biblia.
Para el que no tiene remordimiento de
conciencia estas palabras son como una gota de agua. Pero mis faltas,
mis pecados condujeron al Señor Jesucristo por una senda tortuosa
desde el cielo hasta la tierra y finalmente a la cruz. Mis maldades
contribuyeron a que fuera “cortado de la tierra de los vivientes a
mi Jesús”.
Mis remordimientos sería imposible de soportar sino
fuera la maravillosa verdad de que lo hizo todo para restaurarme, y
no sólo a mí, sino a todos los que en él crean y quieran seguirlo.
Todo que pide en
cambio es que manifestemos profunda gratitud y sumisión a su
voluntad. Isaias pregunta: “Y de su causa, ¿quien se preocupa?”
Nadie lo hizo cuando fue sometido a juicio, pero tú y yo podemos
pleitear su caso hoy manteniendo
leales a su gobierno
y teniendo en alto su ley expuesta en Exo 20 y Dut. 5, y la
constitución del gobierno de Dios. Esto es más que un privilegio:
Es una sagrada responsabilidad mantenerse del lado del Señor.
Ponerse del lado de Iblis seria una locura.
Maranata.
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lecciones-biblicas.blogspot.com
La
Biblia a través del tiempo
http://segunda
venida apocalíptica
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