martes, 8 de julio de 2014

POCOS LE CREYERON.


¿Quien ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Isa. 53:1,2.

El capitulo 53 de Isaías, que marca el nivel de la revelación del Antiguo Testamento, describe a Alguien a quien nadie entendió.
¿Quien habría creído en el relato de la humillación y ensalzamiento del Mesías, el siervo de Jehová? 

En el tiempo de Israel de antaño, si lo esperaban, pero no como ellos pensaban. Si esta pregunta la hiciéramos en el siglo XXI: ¿Quien creería en el Mesías el Hijo de Dios? Con un 40% de la población que no creen en el Mesías como Hijo de Dios. 

En la mente de estas personas no conciben a un Dios misericordiosos. Nadie en el mundo, en el pasado, el presente o el futuro, ha experimentado jamás, jamás lo que Jesús experimentó. Pero debemos tener en cuenta que el bien y el mal son totalmente incompatibles. 

 Cuando la verdad perfecta aparece en el escenario, el mal imperfecto trata de hacerla desaparecer. El amor y el odio nada tiene en común. Es por eso que en el nombre de Dios o Ala se mata, y se distorsiona la verdad.

Cristo creció delante del Padre como “renuevo”, pero para los hombres era sólo “raíz de tierra seca” . Desde un punto de vista humano esta última descripción es sumamente apropiada. ¿Que persona de alcurnia (Marque, Conde, Duque etc), nació jamás en un establo? 

Algunos personajes descollantes, como Abrahán Lincoln por ejemplo, nacieron en cabañas, pero, ¿qué personaje de la historia nació en un establo? Ni nobles ni príncipes, su lugar de nacimiento tenía muy poco de encantador, con el lugar de nacimiento del Mesías y con la aldea de Nazaret. 

Además, ¿qué hombre, entre los grandes de la tierra, no trató de atraer a las masas por medio de su aspecto y de su habilidad? ¿Quien ha tratado de influir sobre los demás basándose únicamente en su integridad, su carácter y su virtud? 

Si Cristo hubiera aparecido con pompa y ostentación, como conquistador del mundo, Israel se hubiera postrado con alegría a sus pies. Los judíos no estaban preparados para su misión redentora. No se oponían a su facultad de hacer milagros, con tal de que éstos sirvieran para aplastar a sus enemigos paganos. 

 Pero amar a los enemigos, comer con los parias de la sociedad y comulgar con los lisiados era más de lo que podían soportar. Pero mirémonos nosotros en nuestro siglo, y no seamos hipócritas y seamos sinceros. 
Si los dirigentes no lo podían usar como herramienta política para lograr un propósito de liberarse del yugo de Roma, su único clamor podía ser: “¡Crucifícale! ¡Crucifícale”!” ¿No ara lo mismo el mundo con los hijos de Dios? Nadie nació con más humildad que que Jesús.

 Ni la apariencia, ni el carácter ni la misión de Cristo era atrayentes para el corazón carnal que solo busca los placeres del mundo en sus días. 

 Lo mismo ocurre hoy. Gracias a Dios que buscamos en Cristo Jesús el perdón y la renovación de nuestro entendimiento y de nuestro carácter por aquel que murió por nos.Maranata.
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la Biblia a través del tiempo.

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