Y dijo Esaú:suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo. Y dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido. Acepta, te ruego, mi presente que te traído, porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. E insistió con él, y Esau y lo tomo. Gén. 33:9-11.
No hay cosa más hermosa que la reconciliación de dos hermanos, primos incluso amigos. La envidia y los celos, pueden llevarnos a los mas áridos extremos del ser humano.
Esaú un hombre de guerra, duro en el desierto de Wadi Rum (hoy conocido como el valle de la luna). Se dirigida al encuentro de su hermano, para tomar venganza sobre el, por lo que le hizo.
Dios le aseguro a Jacob que nada le pasaría, pero el hombre interior se revelaba y tenía miedo de su hermano. Jacob se inclino ante la presencia de Esaú, esto es una costumbre oriental y está confirmada en las Cartas de Amarna del siglo XIV.
Es considerado como un respeto y una perfecta humildad absoluta sumisión. Esaú conocía muy bien el propósito de los tres grupos. Esaú se dirigió con amabilidad a su hermano.
El egoísmo los había separado y ahora el amor los unía otra vez. ¡Feliz el hombre que reconoce que la Providencia está a su lado día tras día! (Job 33:26; Sal. 11:7). He visto tu rostro.
Este saludo de Esaú le hacía recordar la promesa divina recientemente ofrecida a Jacob por Dios. Jacob quería hallar gracia delante de su señor, y se inclino ante la presencia de su hermano.
Es de buena costumbre en los países árabes llevar un presente cuando se visita un hogar. Jacob le ofreció el presente. ¿podría haber sido una alusión a la bendiciones que Jacob le había arrebatado hacia 20 años?
Para Jacob era muy importante que Esaú aceptara el presente, pues al hacerlo, de acuerdo con las costumbres nómadas de la época, Esaú expresaría su aceptación de lo que representaba el regalo: el perdón que buscaba Jacob.
El hombre cometió un gran pecado contra Dios. No podía hacer nada y huyo o se escondió. Cuando el hombre se encontró con Dios, Jesús fue el regalo ante el Padre por la falta cometida por el hombre.
El Padre acepto el sacrificio de Cristo y el hombre fue restablecido ante el Padre. El perdón es la base del gobierno de Dios.
La Biblia esta llena de alusiones de la bondad de Dios para con el hombre. Así como Esaú dio por sentado que Jacob se había arrepentido, le acompaño hasta la morada de su Padre.
Así cuando Cristo vino a esta tierra para ser inmolado, y después resucitado. Cumplido el rescate y, ofrecido el regalo a Dios para salvar al hombre, se establecieron las relaciones entre Dios y el hombre.
Así un esfuerzo consciente para buscar la felicidad de otros, ara feliz a Dios, porque en el perdón hay gran amor.
MARANATA.
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