ALABAR A DIOS.

Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. Exodo 15:2

Después que Dios destruyo a los Egipcios, el pueblo de Israel está ahora a salvo en la otra orilla del Mar Rojo. En este canto Moisés da un testimonio personal de lo que Dios significa para él. 

El canto de Moisés a orillas del Mar Rojo siempre ha proporcionado a la iglesia de Dios un modelo de alabanza en todos sus conflictos contra los poderes de las tinieblas (PP. 293). 

EL tema majestuoso de este canto resuena a través de todos los cantos de Israel, en alabanza a Dios por su obra gloriosa en favor de su pueblo. 

Moises pudo hacer esas afirmaciones en virtud de una larga experiencia personal con Dios. Finalmente el canto de Moisés, siervo de Dios, será cantado otra vez, 
con el himno del Cordero, por los héroes de la fe que están en el “mar de vidrio” ya que vencieron a la bestia y a su imagen (Apc. 15:3).

Aquí aparece por primera vez la forma abreviada del nombre de dios “Yah” (BJ). Se usa en forma poético. Dios se ha manifestado a su pueblo, ha lo largo de su historia, dando animo a su pueblo cuando más lo necesitaba. 

Alguien dijo acertadamente : “Dios no tiene nietos”. ¿Que significa esto? La experiencia religiosa no puede heredase, es intransferible y personal. 

Muchos viven con una fe que empezó en su corazón cuando conoció la verdad, pero se estanco y no evoluciono. Eso es una fe raquítica. 

La fe se demuestra caminando con el Señor a lo largo de la vida, soportando las pruebas y venciendo las tentaciones. Para que el cristiano tenga una fe robusta y firme, tiene que romperse los pantalones por las rodillas. 

Recuerdo cuando era niño y monaguillo, el cura demencia: “Tengo que ver tu faldón desgastado” Lo que el sacerdote intentaba decirme que rezara mucho, para que viesen que era digno de llevar el faldón de monaguillo. 

Por las obras el hombre no será salvo.El cristiano tiene que tener una comunión constante con su Dios a través de la oración. Daniel, y muchos profetas oraban a Dios tres veces al día. 

Nuestra generación acepta la fe de sus padres como un tesoro “algo apartado del centro dominante de la vida” La tercera generación descentralizada aún más la preocupación religiosa que llega a ser “uno de los tantos intereses de la vida”. 

Y final mente, la cuarta generación descuida a Dios como “algo innecesario y fuera de lugar”.. 

El proceso de desintegración, aunque por demás común, no es normativo ni inevitable. 

Como Moisés, los que descienden de padres temerosos de Dios pueden tener su propia experiencia y reconocer a Dios como Dios de sus padres.

MARANATA.

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