martes, 14 de abril de 2020

¡ALZAR LOS OJOS AL CIELO¡

Alzaré mis ojos a los montes, Mi socorro viene de Jehová, que hizo el cielo y la tierra. Sal. 121:1-2.
Este es un salmo más apreciado de todo Israel, es un cántico de fe y confianza en Dios. Al mismo tiempo es un poema mas apreciado de toda la literatura hebrea. 

David compuso este salmo en el desierto de Parán, poco después de enterarse de la muerte de Samuel )PP.p.721). 

David estaba siendo perseguido por un rey atormentado de un mal espíritu. David en su angustia se volvió con humildad a su creador, Era su único socorro para apaciguar su angustia. 

El Señor era su único socorro, sabía que era lo único que le quedaba. Cuando las pruebas son insoportables, el dolor y la angustia te llena el corazón. 

¡Hay esta Dios para ayudarte! Durante siglos este salmo ha sido un gran beneficio para muchos hombres y mujeres que en su desesperación, encontraron un bálsamo en su Dios. 

Hoy es el tiempo en que necesitamos mirar hacia arriba, y dirigir nuestros ojos a lo infinito a donde mora Dios. 

Todo el pueblo de Dios debe fijar sus ojos en lo que paso en Minneapolis en 1901,Dios esperaba un sincero arrepentimiento, y no lo hubo. Cristo no pudo venir. En este año se suspendió la Conferencia General. 

¿Porque? ¿Por la pandemia? Sea por los motivos que fuese, Dios a permitido esto, para que los dirigentes miren al cielo y se arrepientan de sus malas aciones y se vuelvan a Dios. 

Este será un año de reflexión para la Conferencia General. Oh nos volvemos a Dios, o seguiremos en el desierto de las naciones. Espero que no se repita lo que ocurrió en Minneapolis en 1901. 

Esta pandemia sólo es un aviso de lo que esta por llegar. Debemos buscar con humildad la dirección de Dios, nuestras vidas tienen que cambiar y nuestros concepto de ver las cosas. David busco en los momentos más difíciles a Dios. 

La vida cristiana consiste en levantar nuestro rostro a las asoladas colinas divinas y encontrar allí, por sobre las nubes de la experiencia y el poder humano, la ayuda que necesitamos para alcanzar nuestro destino. 

Solamente cuando miremos hacía los cielos podemos encontrar a Dios y elevarnos a las regiones celestiales. Impulsados por la obra del Espíritu Santo, podemos comenzar a acudir a leer la Biblia y comprender los grandes acontecimientos que se avecina a través de las profecías. 

El estudio y la meditación es la clave del cristiano. David lo comprendió 

¿y nosotros lo comprendemos? Debemos de eliminar todo pecado, toda ofensa que hayamos hechos. 

Sino esta conferencia General pasara de largo y nosotros también. Miremos arriba donde esta la fuerza del poder, Dios nos dice: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te soporté con misericordia”.
MARANATA.
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