martes, 17 de marzo de 2020

LA CONCIENCIA EN EL HOMBRE.

Y decían el uno al otro; Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia. Gén. 42:21.
La mente del hombre puede degenerar en lo insospechable historias oh hechos fantásticos, cuando una mente esta llena de ira y de un celo envidiosos. 

La mente en esos momentos refleja lo que ha adquirido durante toda su vida. Y en un instante desenvaina su furia contra el mas indefenso de la familia o del ser humano. 

Esto le sucedió a los hermanos de José, celosos, envidiosos y llenos de rencor porque su padre le amaba más a Jose, que a su hermanos. 

Esa experiencia en parte la hemos sufrido muchos en nuestras carnes. Mi Padre amaba más al hijo de mi hermana que ami, el tenia 5 años y yo 12, eso no me quitaba el sueño, pero veía la gran diferencia que hacia entre mi sobrino y su hijo.

Cuando estaba mi padre en el lecho de la muerte, dijo lo siguiente: “Lo siento. Lo siento” Y guardo silencio eterno. Mi sobrino era un buen hombre, y el señor selo llevo joven. 

Esto es un simple ejemplo de lo que pasaron los hermanos de Jose. Es fácil imaginarse el remordimiento durante años de los hermanos de José. 

Pero más dolor fue el del padre que perdió a su hijo. Para Dios era duro en ver a su siervo sufrir, pero pronto la recompensa le alegraría el corazón. 

Cuando comparecieron ante la presencia de José en Egipto para buscar alimento, se recriminaban entre ellos. Los culpables nunca sería felices hasta que su pecado no quedase al descubierto y se hicieses las reparaciones oportunas. 

No hay nada tan tirano y cruel como una conciencia acusadora. La única forma de ser libre de esta acusación es enderezar lo torcido. Pero el orgullo de una rebelión tal forzosamente necesita una reparación. 

Jose es una imagen en miniatura de lo que paso en los cielos. Cristo fue acusado por Satanás, este lleno de orgullo y soberbia fue expulsado a la tierra. 

El hombre se alió con Satanás, y la ofensa fue mayor. La deuda tenia que ser saldada, y sólo uno en el universo podría hacerlo. 

Cristo bajo, fue vendido por 30 piezas de plata, y a diferencia de José, fue crucificado en pos de la libertad. 

El hombre arremete con tanta brutalidad contra los estatutos de Dios, que deja una separación entre Dios y el hombre. 

Otros como José, sumisos a la voluntad de Dios, son usados para glorificar a Dios, con sus actos de amor hacía los demás. 

El evangelio de Cristo tiene una magnifica provisión para los culpables: el perdón ofrecido gratuitamente a los que piden por fe. 

Este perdón no es de despreocupación por el pecado, sino un tipo de cirugía del alma que cambia la vida. La operación puede ser dolorosa, pero no habrá salud espiritual hasta que sea perdonado los negros secretos del corazón.
MARANATA.
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