EL CARRO DE FUEGO.

           

            S  H  A  B  A  T                S  H  A  L  O  M

Y el dijo:No tengas miedo; porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. 2º Reyes 6:16

Repetidas veces el Señor dice a sus hijos estas palabras reanimadoras.

A menudo en el transcurso de la vida, los creyentes se encuentran en situaciones que les infunde temor e incertidumbre; pero Dios revela su presencia y habla palabras de ánimo y esperanza (Gén. 15:1; 46:3; Exo.14:13; Núm.14:9: Deut.1:21; Isa. 43:1; Luc.12:32).

Son palabras de un Padre que ama a sus hijos. Mientras el pueblo de Dios viva en el mundo, se levantaran dificultades y surgirán peligros que deberán afrontar.

Esta pandemia no es nueva en nuestro mundo, en la Edad Media la peste mato a tres cuatas parte de la la población de Europa, Asia, Africa y los piases Arabes.

En España el año pasado la gripe causo 6.300 muertos según CSIC, en el mundo llego la cifra a 290.000 a 650.000 muertes.

Sabemos que Satanás esta de tras de todo esto, y ara todo lo posible para que los justos cedan ante la duda y el temor, 

pero a través de la niebla de la incertidumbre y de la duda aún nos llega en forma clara y animadora la voz de Dios:

“No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). La fuerza del cristiano esta en la oración y en la voluntad de Dios. La esperanza es lo último que se pierde.

Cuando un creyente se encuentra rodeado por el enemigo (el C. virus.-19) puede tener la certeza de que las fuerzas que lo acompaña es infinitamente mayor que la de su enemigo, en este caso es el (C. Virus -19).

En la Biblia tenemos muchos ejemplos cómo Dios cuida del cristiano. Cuando el rey Senaquerib rodeo la ciudad de Jerusalén, el ejercito de Dios custodiaba la ciudad (2º Crit. 32:7, 8,).

El más débil hijo de Dios, aparentemente solo y olvidado en la tierra, nunca necesita temer de fuerza alguna, sea esta de ejércitos o de (Corona virus-19) (2º Timoteo 3:1;).

Dios esta a nuestro lado, su fuerza será mayor que la de (C. virus -19). 

Dios libro a los habitantes de Jerusalén, de ser destruida, así lo ara si es su voluntad con sus hijos.

Estos “caballos y carros de fuego” están a disposición de los hijos de Dios. 

Es así como en las grandes crisis pueden revelarnos la salvación de nuestras vidas.

Dios dirige nuestro camino hacia la tierra prometida. Recordemos siempre los invisibles refuerzos, “de caballos y carros de fuego”, que siempre se movilizarán en respuesta a la confianza en un Dios que “puede salvar hasta lo sumo”.

Levántate, resplandece. . .Porque he aquí tinieblas cubren la tierra. . .mas obre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria (Isa. 60:1-2).

MARANATA.

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