domingo, 25 de noviembre de 2018

UN TRABAJO INVISIBLE

Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad. . . El me glorificará. Juan 16:13-14.
Espíritu de verdad. Mucho hemos oído de Él y cual es su misión, pero está expresión aparece (cap. 15:26; 16:13). 

El énfasis está en el Espíritu que imparte y defiende la verdad. 

El Espíritu guiaría a sus discípulos a “toda la verdad” (cap. 16:13). La gran mayoría de la humanidad no le conoce, le falta percepción espiritual. 

Por consecuencia al hombre y mujeres les falta discernimiento para percibir las cosas espirituales. Tenemos un ejemplo: los discípulos de Juan, no habían oído hablar del espíritu Santo. (Heh. 19:1-3). 

 Hoy en pleno siglo XXI, en el mundo hay 23% son cristianos, el 25% musulmanes, el 15% Hindúes, 7% Budistas, 14 millones de Judíos, 81% de los Chinos son ateos, y el 3% son cristianos. 

¿Cuantos han oído hablar del Espíritu Santo y sus beneficios para el hombre? 

El mundo no tiene conocimiento alguno de su existencia y mucho menos su advertencia al arrepentimiento. 

Sólo los que guardan los mandamientos de Dios y tiene la fe de Jesús, tienen el conocimiento de las advertencias del Espíritu Santo. 

Yo me atrevería y con mucha pena, ha decir que son pocos que conocemos al Espíritu de Dios. 

Cristo no quiere dejarnos huérfanos, él quiere estar presente en nuestros corazones, pero él no obliga a nadie. Cristo nos advierte que vendrá por segunda vez, con lo cual hay que esta preparados. Alguien pregunto: “¿

Por qué sabemos tanto de Jesús y tan poco acerca del Espíritu Santo?” El Espíritu Santo nos conduce al conocimiento y el carácter de Dios revelado por todos los miembros de la divinidad lo que nos lleva a la confianza. 

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a la iglesia (Apoc. 2:7,11 etc.). Cierto es que los hijos de Dios quieren ser llenos del Espíritu Santo, pero para llegar ha este punto, hay que morir al mundo y a las cosas del mundo. 

No debemos tener un pie en el mundo y otro en la iglesia. Juan el Bautista reveló el punto más alto de su vida llena del Espíritu cuando dijo: 

“Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30). Todos somos llamados a testificar por Cristo. 

El Espíritu Santo impartirá conocimiento de la verdad para usarla en el buen sentido de la palabra para glorificar su nombre. 

No me veréis. Hay un laso de tiempo hasta su venida, en ese tiempo tenemos que terminar su obra. 

“Ciertamente vengo en breve”. La pregunta es: ¿Estaremos preparados para su venida? Apoc. 22:20 cf. cap.1:3). El Espíritu Santo nos hace un llamado: ¡Prepárate para su encuentro! 
MARANATA. 
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