sábado, 23 de julio de 2016

CON AMOR FATERNAL


Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezoso; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Rom. 12:10,12.
En nuestro texto se presenta cinco principios de la conducta cristiana. Son principios cristianos prácticos, que nos fortalecerán espiritualmente, y nos ayudarán a prepararnos para estar en el Reino de Dios.
Amaos los unos a los otros con amor fraternal”. ¿Qué puede ser más dulce que el amor que debería existir en cada familia y hermano en la fe? 

Cuando ese amor existe entre los esposos, entre hermanos y hermanas, no puede existir querellas, celos contiendas, envidias. Pueden surgir diferencias ocasionalmente, pero pronto son eliminadas y olvidadas. Esta debe ser la experiencia que Dios desea en su iglesia, los miembros amándose mutuamente como si fuera miembros de la misma familia. 

“En cuando a honra, prefiriéndoos los unos a los otros”. Una actitud tal, ciertamente, debe provenir del cielo. Si el hombre hay una predisposición al cambio. En el mundo es fácil ser egoísta, hallar faltas en otros, ser codicioso. 

Ese es el camino que Satanás quiere llevarnos. El camino de Dios es muy diferente. El Hijo de Dios pondrá a los demás en primer lugar. 

 Recordará la amonestación de Jesús de tomar los lugares más humilde. Enaltezcamos a nuestro amado, a nuestros vecinos, a los miembros de nuestra iglesia, dando alabanza donde es debido. 

Es un buen hábito cristiano para desarrollar. “En lo que requiere diligencia”, no perezoso”. Este debería ser el lema de cada cristiano. Por supuesto que se refiere a los asuntos de Dios. Ningún comerciante sabio es perezoso en su negocio si espera tener éxito. 

Pero ¿qué acerca del asunto de Dios? Con la iglesia hemos topado, dijo don Quijote a su amigo Sancho. ¿Somos perezosos, holgazanes, indiferentes en hacer nuestra parte en los asuntos de Dios? ¡Seguramente no! O ¡Seguramente si! 

¡Pero consideremos un honor en servir a nuestro Dios! Y lo maravilloso de la empresa de Dios es que no puede fallar. Nosotros podemos fallar, pero no la empresa de Dios. “Ferviente en espíritu, en oración, sirviendo al Señor”. 

Aquí está el secreto del éxito en los asuntos de Dios: Fervientes en espíritu. Fervientes en oración. Fervientes en devoción. Aquellos que se rinden a la conducción del Espíritu Santo ha de ser estas tres cosas de Dios, porque el Espíritu Santo es entusiasta acerca de tales cosas. 
En ello hallaremos la felicidad suprema. Con amor fraternal sigamos la dirección del Espíritu Santo en esta vida.
Maranata
Luis José de Madariaga.
http://lecciones-biblicas.blogspot.com0
http://judaislacris.blogspot.com,
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
ttp:// segunda venida apocalíptica.
La Biblia a través del tiempo.
Ver La película del Deseado de
Todas las Gente. En
http://www.facebook.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario