martes, 21 de junio de 2016

APARTADOS PARA LA OBRA.


Ministrando ésto al Señor, y ayudando, dijo el Espíritu Santo Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Hechos 13:2.
Entre los miembros de la iglesia de Antioquía, había cinco hombres que fueron mencionados por sus nombres: Bernabé, Lucio, Manaén, Simeón, y Saulo. 

Estos hombres pusieron las cosas de Dios en primer lugar. 
Estaban en el servicio de Dios. Mientras ayunaban, el Espíritu Santo ordenó que Bernabé y Saulo fueran apartados para su obra especial para Dios. El Espíritu Santo expresó su voluntad por medio de los labios de los profetas, como en el cap. 20:23. 

Ese fue el comienzo de los viajes misioneros de Pablo, viajes que estuvieron llenos de peligros, dificultades, persecuciones, pruebas, naufragios, malos tratos. Viajes que estuvieron llenos de bendiciones de Dios. “Apartarme a Bernabé y a Saulo para la obra que los he llamado” 
 
Los dos habían estado entre los profetas y maestros de la iglesia; pero ahora bajo la dirección del Espíritu Santo serian enviados como misioneros a los gentiles. 
Este privilegio se es tiende a millones de hombres y mujeres y niños de todo el mundo. 
Aquí está nuestras órdenes de marcha: “Visitad a vuestros vecinos y mostrad interés en la salvación de sus almas” (T, t. 9. p.35). Con demasiada frecuencia nos sentimos incapaces. 

La sierva de Dios tiene la respuesta: “Contarles cómo habéis hallado a Jesús, y como habéis sido bendecidos desde que adquiristeis experiencia en su servicio” (Ibid). 

Muchas veces hemos visto la foto de unos pescadores y Jesús a su lado. Ese relato nos es familiar. Los discípulos habían estado pescando toda la noche sin recoger nada. 
Jesús aparece en la escena, y les dice que echen la red sobre el otro lado. 
De esta manera Jesús les dio la evidencia de quien era. Y la cantidad de peces era muy superior a la de otras veces. Estos son dos de los doce que llamó para el ministerio. Bernabé y Saulo pescaron muchos hombres, para Cristo. 
El ayuno y la oración es la base para que se haga la voluntad de Dios, y estos dos hombres fueron instrumentos de Dios. Seamos Saulo y Bernabé, Pedro o Juan, somos llamados en este día al servicio de Dios. 

Jesús dejo esta tierra, pero en su lugar envió el Espíritu Santo para enviarnos y para trabajar en su obra. El Espíritu Santo permanece junto a todo aquel que se ha rendido a Cristo. 
Cualquiera sea la tarea que nos asigne a cada uno de nosotros, estará destinada al éxito.
La Divinidad nunca nos pide que hagamos algo imposible de cumplir. Vayamos adelante por fe, unidos en Cristo.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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