martes, 1 de marzo de 2016

EL AGUA DE LA CISTERNA DIVINA.


Beba el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo. Prov. 5:15.
Mientras escribo esto, viene a mi mente cuando estuve sentado cerca de un Ibon en el Pirineo Aragonés (España). 

El calor era sofocante, pero la brisa por la tarde era fresca. 

En la montaña el agua es un elemento esencial, puedes llevarte una cantimplora, pero no es suficiente y más cuando el calor aprieta. El agua es un elemento esencial para el hombre. Esto lo saben bien los hombres del desierto del sahara. 

¡Cuan preciosa es el agua para la supervivencia del hombre! Los relatos Bíblicos nos detallan hechos de familias que se dividieron por la pertenencia de algunos pozos. El agua significa la vida para el hombre y su ganado. Salomón nos insta a beber el agua de nuestro propia cisterna. 

He visto en regiones donde la única fuente de agua era la lluvia que caía sobre una canaleta hacia una cisterna. Ver, Castillo de Sagunto. 

En regiones de la selva amazónica de Venezuela, se construyeron grandes embalses o cisternas para los poblados indigenas, el agua se tenia que hervir. 

En otros lugares como Marruecos, las familias se cavaban sus propios pozos para encontrar agua. Vi muchos pozos y cisternas que el hombre construía para su supervivencia. 

Cierto día se me ocurrió lavar unas fresas con agua, fue mi gran error, os digo que fue una lección que nunca olvidare. 

El agua hay que hervirla antes de tomarla. El consejo del sabio es bueno y verdadero para vivir, pero él lo usa como alegoría para ilustrar la importancia de la felicidad en la vida matrimonial. 

Actualmente los lazos matrimoniales son muy a menudo frágiles. Se cuenta la historia que un granjero tenia una esposa perezosa, no recogía la mesa y los platos quedaban en la mesa. 

Era una mujer no limpia, y conozco algunas. El marido la dejo. “Mujer virtuosa ¡quien la hallara!” Un hogar feliz es como una buena cisterna, o como un buen Ibon de agua fresca. 

El hogar fundado en el amor de Dios puede dar a beber abundante agua de amor a la familia. 

Y el amor de Dios en cada uno de los corazones de los esposos, hará del hogar un cielo en la tierra. 

Cristo es el Agua de Vida, es el agente purificador de todos los matrimonios. Bebamos abundantemente del pozo o cisterna divino. “A todos los sedientos; Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid” (Isa. 55:1)
Maranata
Luis José de Madariaga.
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La Biblia a través del tiempo.
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Ruego a los internautas cristianos que oren por mi amada esposa, esta enferma. Gracias a todos.

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