miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿SEREMOS APROVADOS POR DIOS?


Por Jehová son ordenados los pasaos del hombre, y él aprueba su camino. Salm. 37: 23.
Se cuenta la historia de un niño que se encontró una tortuga en el jardín de de su casa. 

Cogió una piedra alzo su mano para romper el caparazón de la tortuga, de repente hoyo una voz interior que le decía: “esto que vas hacer no es correcto, mataras a la tortuga”. El niño salio corriendo en busca de su mama y le pregunto que le decía en su mente que eso era malo. 

Enjugándole las lagrimas su madre le dijo: “Algunos la llaman conciencia, pero yo prefiero llamarla la voz de Dios en nuestro corazón. 
Si la escuchamos y la hacemos caso, te hablará con claridad cada vez mayor, y siempre te guiará hacia el bien; pero si haces oídos sordos, entonces se apagará poco a poco y te dejara en la oscuridad y no tendrás guía que te advierta del peligro. 

Toda tu vida depende de que le hagas caso a la vocecita de tu interior. 
Nuestro texto nos dice que “por Jehová son ordenados los pasos del hombre”. Ciertamente el Señor establece el camino por el cual el hombre debe andar. David oro: 
“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna y ninguna iniquidad se enseñoree de mí” (Salm. 119:133). 

 Cuando Manoa encontró al ángel que le había dicho a su esposa que ella tendría un niño, le preguntó: ¿Qué orden se tendría con el niño, y que ha de hacerse?” (Jueces. 13: 12, ( La edición revisada dice: “¿Como debe ser la manera de vivir del niño?” En el C.B.A. Dice: 

“¿Cual será la regla [ordenanza, régimen de vida] del niño?” “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre piadosos”, ¿Quien es un hombre piadosos, bueno? Es evidente aquel que hace la voluntad de Dios, hace lo que es correcto. La Biblia nos da muchos ejemplos, profetas que fueron leales a Dios, y hombre como David y Salomón que cayeron, pero se levantaron. 

El problema no es caer, sino el levantarse y ir a Dios en su socorro y perdón. El justo caerá mil veces y mil veces se levantara. El que hace la voluntad de Dios, Este es el único tipo de bondad que Dios reconoce. 

El mundo tiene sus propias normas de bondad. Salomón escribió: “Muchos hombre proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quien lo hallará? (Prov. 20:6). Esta madre tenia razón. Escucha y haz caso de la voz de Dios que hoy te habla. 

“Toda ti vida depende de que le hagas caso a la vocecita del interior de tu corazón”. David nos aconseja: 

“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salm. 37:4). ¿Cuales son las peticiones de tu corazón? ¿Anhela nuestro corazón oír su voz? Si hacemos caso a la voz de Dios, él se deleitará en nosotros, y nosotros deleitaremos en su camino.
Luis José de Madariaga.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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