domingo, 29 de noviembre de 2015

ESPERAMOS DEMASIADO POCO


Conforme a vuestra fe os sea hecho. Mate. 9:29 úp
La fe es el medio de conexión entre la debilidad humana y el poder divino. . . Debemos tratar de que se fortalezca nuestra fe en Jesús. . . 

La iniquidad que abunda en su pueblo no debería ni por un momento hacer disminuir nuestra fe y amor por Dios, o debilitar nuestra confianza en su seguras promesas, para que ninguna fuente tormenta de tentación nos desarraigue del verdadero cimiento. 

Tenemos una gran obra que hacer y necesitamos mayor fe. . . Mediante la comunión con Dios nuestra fe será fortalecida y las pruebas de nuestra fe sera una señal de nuestros destacado triunfo contra el mal. (cat. 24. 1888). Debe realizarse en nosotros una verdadera tarea de reforma. 

Debemos someter constantemente nuestra voluntad a la de Dios, nuestros caminos debe ser el suyo. . . Al contemplar como por espejo la gloria de Dios, somo realmente cambiados a la misma imagen, de la gloria en gloria como el Espíritu del Señor. 

Esperamos demasiado poco y por lo tanto recibimos poco, siempre de acuerdo a nuestra fe. No deberíamos aferrarnos a nuestros propios caminos nuestros planes y de nuestras ideas. Debemos vencer los pecados que nos acosas de día y de noche y los malos hábitos. 

Una gran mayoría de los hijos de Dios son violentos, el genio y los malos sentimientos deben ser desarraigados, y deben hacer en nosotros un temperamento emociones santos mediante el Espíritu de Dios. 

 Pero para llegar a esta conclusión los hijos de Dios tienen que vaciarse de todo lo externo y interno que hay en nosotros. Fe, fe viviente es lo que se necesita en el pueblo de Dios, una fe que obre a través del amor y purifique el alma. 

Debemos ser como niños, y llevarle todo al Señor, con humildad sencillez y una fe fervorosa. 

Por un momento cierra tus ojos, y trasporta te en el tiempo, viendo a Isaias y a Manasés juntos en la tierra Nueva. 
El amor de Dios, la fe de un hombre y el arrepentimiento de otro. Eso es fe. 

La carga más pesadas que debemos llevar en esta vida es el “ 
Yo” Amenos que aprendamos en la escuela d Cristo a ser mansos y humildes, habremos perdido la preciosa oportunidad de nuestra vida, y los privilegios de poder tener una relación con Jesús.

El “Yo” es la cosa más difícil con la cual tengamos que relacionarnos. Al depositar nuestras cargas, no nos olvidemos de depositar nuestro “Yo” a los pies de Jesús. (57. 1887).
Maranata
Luis José de Madariaga.
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La Biblia a través del tiempo.

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