martes, 25 de noviembre de 2014

LA GRAN REBELIÓN


Por tanto así ha dicho Jehová He aquí yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová. Jeremías 28:16.

Si hay algo que el hombre tiene respecto o temor es al desierto. Los toares y los Bereberes que antiguamente atravesaban con sus caravanas los desiertos de Arabia y del Magreb o Sahara. Se cuenta la historia de un nómada o hombres azules, yacía debilitado en su tienda en el desierto que atraviesa Niger, Marruecos. Este hombre yacía debilitado, el hambre lo despertó.

Encendió una vela y busco unos dátiles. Saco uno, lo observó a la luz de la vela, y al ver que tenía gusanos, lo tiro. Tomó otro dátil y repitió la misma operación con el mismo resultado. El tercer dátil que sustrajo de la bolsa también estaba agusanado. Desesperado, sopló la vela y en la oscuridad se comió los datiles agusanados.

La raza humana ha apagado la vela de la ley y el orden, del dominio propio, de la revelación divina, y se ha sentado en el desierto de las naciones, para devorar los gusanos de la rebelión y la anarquía.

La rebelión es tan antigua como el pecado. Durante el periodo más amargo de la historia de Israel, el profeta Jeremías se enfrento con la violencia y la oposición del pueblo de Dios.

Había profetizado siete años de cautiverio y la destrucción de jerusalén y el templo. Sus palabras provocaron su arresto y su muerte. ¡Que extraño que el mensajero de Dios haya recibido tan terrible trato de manos del pueblo de Dios!

Pero la historia se repite y seguirá repitiéndose, porque el hombre es una roca. Si este hubiera (pueblo) obedecido la voz del Señor que le hablaba por medio de Jeremías profeta de Dios, se habrían evitado el desastre nacional. Pero el hombre es el animal que tropieza en la misma piedra dos veces.

Lo cierto que Dios usa el símbolo del yugo para condenar los intentos de resistir a Dios. El yugo que llevaba Jeremías en el cuello, era símbolo del cautiverio, y lo rompió mientras proclamaba a gran voz que Judá iba a regresar de Babilonia después de dos años y no de setenta.

El Señor cansado de la rebelión, anunció por medio de Jeremías la muerte de Hananías. Moriría ese mismo año. La perdición se cumplió dos meses más tarde. La copa de la ira de Dios está llena hasta el borde.

Pero la misma premonición que fue en tiempos de Jeremías, esa misma esta dirigida al hombre de este siglo. (Apocalipsis 14; 16; 17; 18.). Pronto podrá atajo a los planes orgullosos y rebeldes del hombre. Pero en medio de la anarquía moral y nacional, Dios dispondrá de un pueblo que se distinguirá por su honestidad, su pureza y su sencillez.

Evitara toda forma de mundanalidad, y dará buen ejemplo mediante sus hábitos correctos de alimentación, y de vestimenta, su bondad, y su paciencia, su amor y su abnegación.
¿Perteneces tu a este pueblo? Si es así Amen.  
Maranata
Les agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo
sea con ustedes.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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