viernes, 21 de noviembre de 2014

EL TESORO DEL TIEMPO.


No os hagáis tesoros en la tierra donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones miran y hurtan; sino haceros tesoro en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mat. 6:19-21.

¿Que pensamiento más hermoso nos inspira la palabra “tesoros” que aparece en Mateo? Recuerdo por los año 69 en Venezuela, que un amigo nos contó en en cierto lugar de la selva amazónica de Venezuela se encontraba grandes tesoros.

Cierto día nos pusimos en camino hacia aquel estado, buscamos por los puntos indicados, pero el intento fue desastroso, el afán de encontrar oro era frustrante, lo más curioso era que al final nos dimos cuenta que el verdadero tesoro estaba ante nosotros y no lo veíamos, era el auyantepuy.

La acumulación de bienes terrenales generalmente se debe al deseo de tener seguridad en lo futuro y refleja temor e incertidumbre. Jesús indica a los que quieren ser cuidadosos de su reino que la posesión de riquezas materiales es un motivo de ansiedad más que un medio de liberarse de ella.

El texto que nos quiere transmitir Jesús va más allá del egoísmo humano. Cierto es que por lo general el hombre busca su bienestar, y eso esta bien, pero cuando pasas el limite de lo establecido por Dios, se convierte en el amor de su vida, y esto si es un gran problema humano.
El tesoro ya no esta en la tierra celestial, sino en la tierra. El cristiano se convierte en un indolente ante sus propias necesidades. El tesoro del ser humano es el egoísmo, la intolerancia y el afán de ser mas ricos que los demás.

La envidia lo devora, “es la polilla” los carcome o corroe. Todas las posesiones materiales son afectadas de un modo u otro por pérdida, desgaste, depreciación o deterioro.

Lo cierto que Dios alimenta con abundancia a los animales que ha creado, ¿no tendrá acaso mayor preocupación por la felicidad y el bienestar del hombre?

La mayor parte de los seres humanos están afanados trabajando por la comida, el vestido a la última moda, y por poseer grandes casa. La mayoría de las personas gastan su “dinero en lo que no es pan” y su “trabajo en lo que no sacia” (Isa.55:2)
Con demasiada frecuencia tendemos a hacer de las cosas materiales el principal propósito de nuestra vida, con las vanas esperanzas de que Dios será indulgente con nosotros, y que a final de nuestra existencia, añadirá la eternidad.

¿Pero cual es el verdadero tesoro? La piedad, el ayudar a la viuda, al huérfano, todo esto esta bien y es correcto. Pero el gran propósito de la existencia de los hombres es que “busquen a Dios” (Hech. 17:27-31).
No puede existir seguridad aparte de Dios y de la ciudadanía de su reino. No hay mejor cosa que la confianza en Dios. El verdadero tesoro del “hombre” “porque no todos son llamados”
ni todos escogidos” 

 La fidelidad a Dios y el conocer su gracia y su muerte; es el gran tesoro para el cristiano. No permitamos que este ladrón del tiempo nos aparte de nuestro tesoro, que es Jesucristo el gran tesoro dado a los hombres.
Maranata
Les agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo
sea con ustedes.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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