miércoles, 19 de noviembre de 2014

LA ESCUELA DE CRISTO



Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser visto de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro padre que está en los cielos. 
 Cuando, pues, des limosna, no hagáis tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, ara ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mat. 6:1,2.

Después de ocuparse de las verdadera justicia (cap 5), Jesus pasa ahora a ocuparse de la aplicación práctica de la justicia a los deberes del ciudadano del reino de los cielos. (cap. 6). Los cristianos deben evitar hacer alardes de sus actos de culto y de caridad. 
Mediante tres ejemplos. -actos caritativos (ver, 2-4), Oraciones (ver. 5-8) y ayuno (ver. 16-18-, Jesús contrasta algunas prácticas conocidas entre los judíos con los excelsos ideales del reino de los cielos (ver, Mat. 5:22; Mar. 2:21-22).

Cristo fue el mayor educador social que existió. Sus discípulos, sentados a sus pies, aprendieron las verdades más profundas. Tal vez la mejor de su clase fue la que se conoce como el sermón del monte.

El aula ocupaba toda la ladera de la montaña. Había miles de alumnos que escuchaban atentamente las lecciones del Maestro. Esta lección fue breve ya que duro un día, pero fue un día intenso. Los alumnos era de diferentes clases sociales, pero todos fueron para aprender y no perder el tiempo, ya que del resultado del aprendizaje iba a depender su vida en el futuro.
La justicia a la que se refería Cristo es la justicia de la “piedad” “Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos” (Mat. 5:41). Lo cierto que los judíos y extranjeros no comprendieron o casi nada el valor de este consejo. 

Cristo como  Gran Maestro dio un curso acelerado de leyes al decir: “Y al  que quiera poner pleito y quitare la túnica, déjale
también la capa” (ver, 40) 
¡Cuántos juicios se evitarían si la gente aceptara y comprendiera los principios legales que Jesús enseño! Nos ofendemos rápidamente con nuestro semejante, para ponerle pleito, pero que poco sabemos del amor de Cristo.

Otro aspecto de esta materia se encuentra en los versos 31 y 32: “También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de divorcio. 
[En Israel era fácil repudiar a una mujer por cualquier motivo] Pero yo os digo que el que repudia a su mujer a no ser por causa de fornicación, (adulterio), hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. (en este caso en aquella época solo a tañaba a las mujeres, pero en el siglo XXII atañe a los hombre)

Los jueces estarían más tranquilos si aplicaran los consejos de Cristo, no se puede repudiar a un hombre o mujer simplemente por que el amor ya no existe, hoy diríamos incompatibilidad de caracteres. 

Ami juicio, que llevo 46 años de casado con una mujer maravillosa y buena madre, y ese eufemismo tanto machista como feminista no debe estar en la mente de un cristiano genuino. Cierto es que una cosa es decirlo y otra pasarlo, pero como dice el apóstol Pablo: Pues tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús (2º Tim. 2:1)
Cualquiera que sea nuestra formación intelectual, podemos ingresar ahora en la Escuela de Cristo y aprender de el. Creo que es un maravilloso privilegio aspirar a obtener un pase para ir a la universidad Celestial donde nos enseñara el Maestro de los Maestro la ciencia de la gracia y del sacrificio de Cristo. “Cosa, que hoy, pocos comprendemos”.

Maranata
Les agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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