martes, 8 de febrero de 2011

LAS ESCRITURAS, ES NUESTRA SALVACION.

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servir a favor de los que serán herederos de la salvación? Heb. 1: 14. (foto de los ángeles que ministran las cosas de Dios)

Mientras el pueblo de Dios
persevera en la fidelidad, mientras se aferren mediante la fe viviente a Jesús, estarán bajo la protección de los ángeles celestiales, y no se le permitirá a Satanás que aplique sus artes infernales sobre ellos para destruirlos. Pero los que se separan de Cristo por medio del pecado, estarán en gran peligro.

Satanás está más celosamente dedicado ahora a jugar el juego de la
vida por las almas, que en todo momento anterior; y a menos que estemos constantemente en guardia, podrá en nuestros corazones orgullo, amor propio, al mundo y muchos otros malos rasgos de carácter.(del escritor: las nuevas tecnologías y las películas de espiritismo que hay en el cine, es el medio que usa Satanás para cauterizar la mente del hombre y de los niños).(foto Lucifer pensando como puede hacer caer al hombre).

Empleará también toda artimaña posible para que vacile nuestra fe en Dios y en las verdades de su palabra.


Si no tenemos una profunda experiencia en las cosas de Dios, si no tenemos un cabal conocimiento de su Palabra, seremos engañados para nuestra ruina por los errores y sofismas, del enemigo. Las falsas doctrinas (del escritor, los falsos cristo que se presentan haciendo milagros y que algunos se hacen llamar "666", en los Estados Unidos son aliados de Satanás), minarán el fundamento de muchos, porque no habrán aprendido a distinguir entre la verdad y el error.

Nuestra única salvaguardia contra los engaños de Satanás consiste en estudiar diligentemente la Escrituras, y comprender con inteligencia las razones de nuestra fe, c
umpliendo cabalmente cada deber conocido. La complacencia de un solo pecado conocido nos debilitará y nos envolverá en tinieblas, sometiéndonos a terribles tentaciones. . .

¿Ascienden nuestra súplicas a Dios mediante la fe viviente? ¿Estamos abriendo las puertas del corazón a Jesús, al mismo tiempo que cerramos todas las entradas a Satanás? ¿Estamos obteniendo diariamente mayor luz y fortaleza, para que podamos perseverar en la justicia de Cristo? ¿Estamos vaciando nuestro corazón de todo egoísmo y purificándolo, como medida preparatoria para recibir la lluvia tardía del cielo?. . . (foto Cristo siempre nos esta ayudando).

Debemos trat
ar de apartarnos del pecado, reposando en los méritos de la sangre de la sangre de Cristo; y entonces, en el día de la aflicción, cuando el enemigo nos oprima, caminaremos entre los ángeles. Serán como muro de fuego alrededor de nosotros; y un día caminaremos con ellos en la ciudad de Dios.
G. W.

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