miércoles, 9 de febrero de 2011

LA FE DE LOS REFORMADORES.

Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 1º de Corintios. 15:26. (foto de los reformadores).

Lutero declaró: "Estoy verdaderamente convencido de que el día del juicio no tardará más de trecientos años. Dios no quiere ni puede sufrir por más tiempo a este mundo malvado". "Se acerca el gran día en que el reino de las abominaciones serán derrocados".(el escritor, se refiere al Papado).


"Este viejo mundo no está lejos de su fin", decía Malanchton. Calvino invita a los cristianos a desear sin vacilar y con ardor el día de la venida de Cristo como el más propicio de todos los acontecimientos", y declara que "toda la familias de los fieles no perderá de vista ese día.

"Debemos tener hambre de Cristo -dice-, debemos buscarlo, contemplarlo hasta la aurora de aquel gran día en que nuestro Señor manifestará la gloria de su reino en su plenitud" (Daniel T. Taylor, The Reign of Christ on Earth or the Voice of the Curch ín all Ages, pág. 158, 134).

"¿No llevó acaso nuestro Señor Jesús nuestra carne al cielo? -dice Knox, el reformador escocés -, ¿y no ha de regresar por ventura?. Sabemos que volverá, y esto con prontitud". Ridley y Latimer, que dieron su vida por la verdad, (el escritor, murieron en manos de la inquisición) esperaba con fe la venida del Señor. Ridley escribió: "El mundo llega sin duda a su fin. Así lo creo y por eso lo digo. Clamemos del fondo de nuestros corazones a nuestro Salvador, Cristo, con Juan el siervo de Dios: Ven, Señor Jesús, ven" (Id, pág 151, 145).

"El pensar en la venida del Señor-decía Baxter- es dulce en extremo
para mí y me llena de alegría". "Es obra de fe y un rasgo característico de sus santos desear con ansia su advenimiento y vivir con tan bendita esperanza". "Si la muerte es el último enemigo que ha de ser destruido en la resurrección, podemos representarnos con cuánto ardor los creyentes esperarán y orarán por la segunda venida de Cristo, cuando esta completa y definitiva victoria sea alcanzada". (foto de los reformadores).

"Ese es el día que todos los creyentes deberían desear con ansia por ser el día en que habrá de quedar consumada toda la obra de su redención, cumplidos todos los deseos y esfuerzos de sus almas". "¡apresúrate oh Señor, ese día bendito!" (Ricardo, Works, tomo 17, pág. 555,500,183). Tal fue la esperanza de la iglesia apostólica, de la "iglesia del desierto", y de los reformadores.(7). (escritor, ¿que pensamos nosotros en estos tiempos, deseamos la venida del Señor?).

G.W.

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