PIDIENDO CON FE.

Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca halla; y al que llama, se le abrirá. Mateo 7:7-8.

¿Que poca fe hay en el pueblo de Dios? Cristo expone todos los argumentos y los altos ideales del reino de los cielos. Y una gran mayoría de su pueblo no ejercitamos la fe. 

En este pasaje solemos interpretarlo superficialmente. Algunos consideran a Dios como un Santa Claus celestial que satisface todos nuestros deseos. 

Cuando no son contestadas sus pretendidas “oraciones” su fe se tambalea. Se supone que las personas que pueden prevalecer en la oración, deben conocer a Dios. Jesús se dirige con su mirada más aya de los tiempos que el preside. 

Presenta los medios por los cuales los ciudadanos del reino puedan hacer de su vida la oración y las peticiones. Cristo expone que la ciudadania del reino de los cielos exige un sacrificio y una confianza. 

Cristo nos exhorta a vivir una vida según los principios del reino de los cielos. 

Un poco antes Jesús habla de los lirios, que es el manto que Dios a puesto en la tierra. 

Si Dios cuida de esta flor tan bella con tierno amor, así el gran amor de Dios se manifestara el el hombre a través de la oración y la consagración. Cada flor es la expresión del amor de Dios. 

Cada hijo de Dios debería ser la expresión del amor de Dios. Jesús ve en el hombre la imposibilidad de que los pecadores puedan ordenar sus vidas según los principios de la ley divina. 

Todo lo que los ciudadanos del reino necesitan pueden recibirlo con solo pedirlo. Si el cristiano comprende su propia incapacidad, y pide a Dios la fuerza entonces él los calma del poder necesario para vencer. 

Los que piden no seremos chasqueados (ver 9-11). Una de las cosas que los cristianos de oración han experimentado, es que Dios no los a decepcionado. 

Dios no es mezquino con los dones del cielo. Si Dios promete, él lo cumple. No trata a los hombre como ellos se tratan entre si, sino que su bondadosa misericordia es abundante para con los hombre. 

El problema esta en usted y en mí, que no ejercitamos la fe, este es el gran fallo del cristiano. 

Nos es necesario ejercitar la fe, ya que dependemos de nuestro Padre y de Jesucristo para estar unidos en una misma fe. 

¿Queremos alcanzar la madurez espiritual donde podamos pedir, y recibir; buscar, y hallar; llamar, y entrar? Eso no es para los descuidados oportunistas que no oran. 

Tan sólo cuando aprendamos a efectuar las verdadera confianza en nuestro Dios ejerceremos la fe. Pues la fe es confianza, ya que sin fe es imposible allegarnos a Dios.

MARANATA.

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