Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. . .
Porque así perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestros Padre os perdonará vuestras ofensas. Mat. 6:12, 14, 15.
Porque así perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestros Padre os perdonará vuestras ofensas. Mat. 6:12, 14, 15.
A lo largo de los siglo se ha
tenido una compresión mal del perdón. Muchos perdonaba a su amigos
o conocidos, y un tiempo después carga contra el acusándole con
infamias y mentiras.
¿Done está el perdón? Jesús se esforzó en
enseñar los requisitos del perdón. Nuestro texto registra su
énfasis en el sermón del monte.
En ese lugar se encontraban toda
clases de gentes, y entre ellos personas que decían que perdonaba y
más tarde te criticaban.
Dios perdona, por que su misericordia es
grande, pero el hombre debe de perdonar y perdona no sólo de palabra
sino con sinceridad, si no lo hace el no será perdonado.
Jesu contó
a sus oyentes una parábola: Un hombre debía al rey “diez mil
10.000” talentos de oro.
Esta cantidad tan grande para aquella época, este hombre lo gasto en inversiones pero lo perdió todo. Suplico al rey, y este le perdono.
Esta cantidad tan grande para aquella época, este hombre lo gasto en inversiones pero lo perdió todo. Suplico al rey, y este le perdono.
Salió del palacio y vio a uno que
le debía 100 talentos, el contenido era mucho menor que el suyo con
el rey.
La injusticia era grande, el hombre reclamo al rey le le hiciese justicia.
La injusticia era grande, el hombre reclamo al rey le le hiciese justicia.
¿Dónde esta la paradoja? Nosotros decimos que
perdonamos, bien hacemos. Pero en nuestro interior no le hemos
perdonado a nuestro hermano la ofensa, bien sea en palabras, hechos o
con dinero.
En este caso nosotros o tú, no has sido perdonado y ese
pecado existe hasta tu muerte. Si no perdonamos de corazón sincero
¿como te va a perdonar Dios?
Es lo que yo llama falacia, es un
argumento que manipula la verdad. “Yo te perdono, pero en realidad
no te perdono”. Casi al final de su ministerio Jesús
dijo:
”Cuando estes orando, y te acuerdas que as ofendido a tu
esposa, hermano o amigo, ve y pídele perdón. Si no lo haces de
corazón Dios no oyera tu oración. Pondré un ejemplo mío: Dónde más
se discute es dentro del matrimonio.
El que diga que es mentira es un
mentiroso y en el no hay verdad. Hace cinco días que mi esposa me
llamo la atención por un problema de contabilidad, y yo le colgué
el teléfono.
No hubo palabra, estuvimos dos días sin hablarnos, ella
oro para poner las cosas en claro, al igual que yo lo hice también.
El jueves pasado era la hora del culto en nuestro hogar, me fui al cuarto y ore “Señor haz que hagamos el culto y podamos hablar”.
El jueves pasado era la hora del culto en nuestro hogar, me fui al cuarto y ore “Señor haz que hagamos el culto y podamos hablar”.
Termine de orar, cogí los libros (D.T.G. Las Promesas y otro libro
más). Me dirigía salón y le dijo: ¿Quieres hacer el culto?
A lo que mi amada esposa dijo. “Si” Sentí un alivio tremendo, después de orar se aclaro las cosa.
A lo que mi amada esposa dijo. “Si” Sentí un alivio tremendo, después de orar se aclaro las cosa.
Dios nos perdono a los dos. Ese es el
perdón que pone Dios a nuestra disposición. Si nosotros perdonamos
el nos perdona.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS
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Notificación: Estimados lectores
de este blog. Oren por mi salud y
por este proyecto Sal. 62: 7
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