Así que, no os afanéis por el
día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a
cada día su propio mal. Mateo. 6:34.
Vivimos en un siglo muy alocado,
todos buscan ganar más de lo debido. El rico quiere ser más rico, y
para ello si fuere posible roba al más pobre.
No tiene escrúpulos
la gente que roba, vende productos caducados y carnes contaminadas,
el resultado es ganar lo más posible.
Los cristianos temerosos de
Dios pueden vivir libres de ansiedad aun en medio de circunstancias
más adversas, plenamente confiando en Aquel que “bien lo ha hecho
todo” (Marc. 7:37) hará que toda las cosas les ayuden “a bien”
(Roma. 8:28).
La realidad es que el cristiano no sabe que le reparara
el día, es por eso que antes de empezar la mañana es necesario
ponernos en manos de nuestro Dios (Prov. 27:1).
Reconocemos nuestra
impotencia, pero salimos al trabajo con la seguridad de que Dios nos
ayudara hacer lo correcto.
Muchos se llaman cristianos, pero no lo
son, roban, mienten, y adultera y se dice que son verdaderos
cristianos. Se afanan por tener un gran puesto dentro de la sociedad,
y harán todo lo posible para conseguirlo.
Esta clase de cristianos
Dios no los acepta. Dios sabe bien lo que nos va a ocurrir mañana.
Nuestro Padre que conoce el futuro, nos insta a confiar en su cuidado
permanentemente y nos aconseja que no nos afanemos por los problemas
y nuestra perplejidades.
Cuando llegue el día de mañana , los
problemas que habíamos temido tanto, resulta efímeros o
imaginarios. Una gran mayoría de la población del mundo están
obsesionadas, sin necesidad, por el fantasma del mañana.
Una de las
cosa que los cristiano debemos de recordar que Dios no concede ayuda
para llevar del día de mañana mientras ese día no llegue.
Los
cristianos tenemos el privilegio de aprender diariamente la verdad de
lo que Cristo le dijo a Pablo: “Bástate mi gracia” (2º Cor.
12:9; cf. cap. 4:16).
Uno no debe de afanarse y dejar todo en manos de
Dios. Esto, y un servidor primero, deberíamos de hacer la prueba.
El
cristiano a lo largo de su vida, ha sufrido pruebas, enfermedades
incurables, hambre, frio, persecución todo lo soportaron por amor a
su Dios.
Creo firmemente que todo esto acabara muy pronto, y los
hijos de Dios no sufriremos más. Cristo cada día nos soluciona los
problemas, estamos en sus manos si confiamos en él.
“Basta su día
su afán” Cada día trae consigo su propia medida de trabajo y
cuidados, y sabio es el que aprende a no intentar llevar hoy las
cargas del día de mañana.
MARANATA.
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