martes, 24 de septiembre de 2019

EL SILENCIO EN LA RECAMARA.


Temblad, y no pequéis; Meditar en vuestro corazón sobre vuestra cama, y callad. Salmo 4:4
Cada día encontramos amonestaciones para nuestras vidas y grandes consejos que a través de la pluma inspirada nos deja. 

Hemos comprobado mi amada esposa y yo, que la mejor universidad para aprender es a trabes de sus profetas ya que nos enseña lo que Cristo quiere para su pueblo. 

No hacer caso a estos consejos, la perdida de nuestro futuro estará echada. La mayor bendición que Dios le puede conceder al hombre es el espíritu de oración ferviente. 

Todo el cielo está abierto ante el hombre de oración. . . Los embajadores de Cristo tendrán poder ante el pueblo después que, con suplicas ferviente, se presenta delante de Dios (The Review Herald. 20 oct. 1896). 

Cada uno debería tener un cuarto para hablar con Dios en silencia. 

“Digo en silencia, porque Satanás no puede entrar en nuestra mente, y así no sabe lo que hablamos a Dios. 

Muchos cristianos hablan en voz alta, así Santanas sabe lo que nos inquieta. 

La reflexión debe de ser en silencio, y Dios que ve en silencio te recompensará. 

Ya que la oración de fe es la gran fortaleza del cristiano y ciertamente prevalecerá contra Satanás. El salmista nos invita a meditar en nuestro corazón, ya que en el hay toda clases de cosas que hay que quitar del medio. 

El salmista nos dice “Dejaos guiar por vuestro buen juicio, vuestra mejor naturaleza, vuestro mejores sentimientos; por vuestro sentido innato de justicia, vuestra emociones generosas; y no os dejéis llevar por vuestro intelecto, vuestra voluntad o vuestras pasiones. 

Recuerdo cuando me tumbaba en el desierto, en una duna alta, y contemplaba las estrellas, mi oración silenciosa se esparcía por la bóveda celeste; es algo impresionante Dios y yo solos contemplando el cielo inmenso. 

En nuestra recamara, podemos contemplar la gloria de nuestro Dios, los ángeles están alrededor nuestro. Callad. “Sólo las aguas tranquilas se aclara a través del Espíritu Santo. 

Sólo en la noche apacible cae el rocío. En la noche, cuando los ojos están cerrados a todo el mundo exterior, deben abrirse para hacernos un autoexamen. 

En la quietud de la noche, cuando está sola y únicamente el ojo de Dios te contempla, una persona puede considerar sus planes a la aprobación de Dios. 

No se encuentra a Dios en el alboroto y el estruendo. El esta siempre a nuestro lado y nunca nos abandona; pero para meditar en él y comprender su maravillosas palabras, debemos tomar tiempo apartándonos de nuestras actividades, para callar y acercarnos a él en silencio. 
Esta es la receta para curar la intranquilidad mental y espiritual.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7

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