¿Y por qué miras la paja que
está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en
tu propio ojo? ?O cómo dirás a tu hermano; Déjame sacar la paja de
tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero
la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja
del ojo de tu hermano. Mat. 7:3-5.
Existen proverbios en todos los
países, pero para mí entender sólo hay tres países donde empezaron
su divulgación.
Los proverbios de Salomón, en época de Israel; los
proverbios Arabes y los proverbios Españoles, de estos tres salieron
todos los de más.
Se sabe que los árabes usaban un gran número de proverbios en la
época preislamica ejemplo: Los ojos no le sirven de nada a un
cerebro ciego,
Luego que has soltado la palabra, ésta te domina.
Pero mientras no las has soltado, eres su dominador; Nunca aconsejes
en publico.etc. El de hoy es nuestro texto.
¿Cómo ves la astilla en
el ojo de tu hermano y no ves la tuya n tu propio ojo? “El que
tiene tejado de vidrio no tire piedras al ajeno”.
Quien no se le a
metido en el ojo una pestaña, un objeto una cosa tan pequeño y el
daño que hace.
Así es el hombre cuando trata de criticar a su hermano y sacarle el pecado pequeño que ha cometido.
Así es el hombre cuando trata de criticar a su hermano y sacarle el pecado pequeño que ha cometido.
Creo que somos
como el cuento de la niña perfecta que decía a Dios: “Señor
bendice a Juan, y hazlo tan bueno como yo”. Creo que nos vemos con
diferente ojos que los que usamos para ver a nuestro hermano.
Vemos
con un lente de aumento las faltas de nuestro hermano, pero damos la
vuelta a la lupa cuando queremos ver nuestros errores. Somos muy
celosos de nuestras tradiciones religiosas. Queremos que se nos
respete.
Si otro miembro de la iglesia hace algo cuestionable, nos
disgustamos no por el pecado, sino porque queremos proteger nuestra
reputación.
Olvidamos completamente las veces que Usted y yo, nos hemos equivocado y ocultamos nuestra propia debilidad, el hombre
hipócrita se impacienta con su hermano que ha herrado.
Con cuanta
frecuencia los así llamados cristianos expresan su profunda
indignación por la conducta de otros. Pero es posible que nuestra
conducta sea peor que la de nuestro hermano de la fe.
Quizá podamos
disculpar odio, concupiscencia o egoísmo, profundamente arraigados
en nuestra vida., a paso que criticamos intensamente el vestido del
prójimo, lo que come y bebe, incluso lo que piensas.
La presunción
religiosa siempre han sido el último argumento de hombres que tienen
una “viga” en sus ojos, que que tratan de quitar por la fuerza
“la paja” del ojo ajeno.
Los cristianos sinceros tenemos que
reflexionar sobre nuestra conducta hacia los de más. Y el único
medio es a través del estudio de la Palabra de Dios, la oración en
privado nos ayudara a clarear nuestra conducta cristiana.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS
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Notificación: Estimados lectores
de este blog.Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7
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