EL QUE ES MAYOR.

El que es mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Mat. 23:11.

Jesús dejo muy claro el contenido de este verso. 
En este mundo, los que tienen autoridad tienden a “enseñorearse” de los demás, haciendo notorio su supremacía intelectual. 

Jesús declara que los ciudadanos del reino celestial, el poder, la jerarquía, los talentos y la educación han de ser consagrados exclusivamente al servicio de otros, y nunca deberán emplearse como un medio para dominar a otros. 

Dios ha implantado el deseo del éxito en el corazón de cada ser humano. Tenemos un ejemplo y Jesús pone el dedo en la llaga: porque cada uno de los doce deseaba ser el “primero” aunque no todos estaban capacitados o tenía estudios. 

Ellos querían tener hesito en el mundo. ¿Qué es eso que tanto desea el hombre en esta vida? “El éxito” Para algunos el éxito se mide por el poder de sus negocios; para otros su inteligencia para poseer una buen estatus dentro de la sociedad. 

 El hombre se olvida que la verdadera grandeza implica renunciar a la grandeza como meta de la vida. El momento en que un hombre se propone destacarse como grande de muestra pequeñez de alma. 

Porque sus objetivos no son dirigidos a beneficiar a los de más, sino a engrandecerse así mismo. Tenemos un ejemplo: Mahatma Ghandi fue uno de los dirigentes con mayor éxito del siglo XX. 

A su muerte sus posesiones eran de dos tazas de arroz, una cuchara, y dos pares de sandalias y una copia del Bhagavad-Gita, y sus lentes viejos y un reloj de bolsillo. No tenia nada y no dejo nada. 

Pero nos dió un ejemplo de humildad al hombre. En la historia de la Edad Media había monjes que daban ejemplo de su gran Maestros Jesucristo, vivían de lo que le daban la gente. 

Jesús vino como pobre, y cuando empezó su ministerio sólo tenia una túnica y unas zapatillas. Pero el legado que dejo a la humanidad fue de tal magnitud, el más grande de todos. 

Jesús Curo a los sordos, saco demonios, alimento a 4.000 sin contar la curación de ciegos y sordos. 

Predico las Buenas nuevas de la vida eterna, y murió como el hombre más miserable de la tierra. 

Pero resucito con la gloria de un Dios vencedor, que dio todo para salvarte a ti y ami. 

La medida del verdadero éxito no es cuánto acumulas o cuánto produce tu empresa para ti, sino cuánto contribuyes al bienestar, al desarrollo y a la prosperidad de los más necesitados. “Los grandes hombres santifican a todo un pueblo y elevan a todos los que viven en sus días.

MARANATA.

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