LA PRIMAVERA ETERNA

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. Apoc 21:5.

Juan ve más aya de lo que un simple mortal vería en una noche clara. 

Juan Esta viendo al Rey de Reyes, que le esta hablando de los acontecimientos de lo que va a pasar en la tierra muy pronto. 

El que habla con Juan es digno de confianza. Las palabras y las promesas de Dios son completamente dignas de confianza, y por lo tanto se puede estar seguro de ella (ver. 22:6). 

Lo que Dios había prometido por medio de los profetas a su pueblo había anticipado con una exactitud exquisita. 

La otra parte todavía se tienen que cumplir, y el cerco se esta estrechando cada día más. 

Juan nos advierte que aun queda un mensaje, de ser rico, Está riqueza no consiste en acumular vienes terrenales, sino los espirituales. Ya que el verdadero creyente no tiene el deseo de acumular riquezas.

Su anhelo es acumular riquezas espirituales que proviene de Dios. Juan nos introduce en un manantial de vida, donde el hombre nunca tendrá sed.En este mundo estará la Nueva Jerusalén (ver Apoc. 21:15). 

Y todos los que hayan aceptado a Cristo como su salvador, entraran por las puertas de la santa ciudad. Muchos escépticos como los astrónomos, y aun médicos, desechas la grandeza de Dios como Creador del Universo. 

Él ara todo lo que concierne a nuestro universo visible, lo ara todo nuevo, porque la mano del hombre la a contaminado. Hay que tener fe, ¡Claro que sí! Los demonios cree y tiemblan. 

 Dios nos ha dado la promesa de que él volvería a tomar a los suyos. ¡Y Dios no miente!. Leí una nota que decía así: Cómo la viuda importuna, presentamos nuestros casos con firmeza de propósito. 

¿Es importante el objeto y de gran consecuencia para nosotros? Por cierto que sí. Entonces, no vacilemos; porque tal vez se pruebe nuestra fe. 

Si lo que deseamos es valioso, merece un esfuerzo enérgico y fervoroso. Tenemos la promesa; velemos y oremos. Seamos firmes, y la oración será contestada; porque, ¿no es Dios quien ha formulado la promesa? 

Cuanto más nos cueste obtener algo, tanto más lo apreciamos cuando lo obtengamos. Se nos dice claramente que sí vacilamos, ni podemos pensar que recibiremos algo del Señor. 

Así ocurre en nuestro corazón humano, En nosotros duerme la esperanza de una vida mejor, donde hay campos con flores hermosas y casas sin puertas, y libertad por todas partes. 

Los incrédulos no entraran, Apoc. 22:15. Más los que creen en su Salvador tendrán vida eterna en abundancia. La promesa está hecha, tu fe es la que determinara el lugar donde tu quieres ir.

MARANATA.

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