jueves, 12 de septiembre de 2019

HACED LA VOLUNTAD DE DIOS.


Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti. 2º Crónicas 16:9.
es una amonestación para un mundo que se dirige hacia su ocaso. También es una advertencia para el pueblo de Dios, en su recta final, puesto que la venida de nuestro Señor Jesucristo está a las puertas. 

 Los ojos de Dios están observando todo lo que el hombre realiza, sea bueno o malo, y siempre busca a los que le sirven de todo corazón para que mediante ellos pueda revelar su gran poder y realizar sus maravillosas obras. 

Mediante los rectos, el mundo llega a conocer la naturaleza y el poder de Dios. 

El rey Asa cometió una injusticia no sólo consigo mismo sino con su nación sino también con Dios al no demostrar fe. 

En el momento cuando Dios buscaba a alguien por medio de quien pudiera revelar a las naciones, su ley y su misericordia, parecía que el rey de Judá parecía ser ese instrumento, Asa fracaso. 

Si tan sólo hubiese sido fuerte y valiente, y hubiera avanzado en el nombre del Señor, la reforma que había comenzado en Judá podría haberse extendido a otros países y, entre los paganos, muchos habían llegado a conocer a Dios y se habrían puesto departe de él y de su pueblo. 

Esto es un ejemplo para nosotros, el no hacer la voluntad de Dios las consecuencias serán fatales. Cada uno de nosotros representamos al rey Asa, queremos hacer nuestra voluntad y así nos va. Nos centramos en nosotros y, no en los demás. 

Hay pueblos y naciones que no han recibido la verdad presenta, y preferimos estar en nuestros bancos escuchando un buen sermón. 

Las naciones están muriendo de sed de la palabra de Dios. Y el pueblo sentados en sus buenas butacas. Asa tuvo güera constante no solamente en su reino, sino en su mente. 

Unos de los países que yo sepa hasta ahora y que crece en la palabra de Dios es China, Japón, Corea y Filipinas. Recibieron del Rey del universo la palabra para extenderla y dar sabiduría a sus pueblos. 

No seamos como el Asa, hay pueblos de centro America y Sur America que desean oír la palabra de Dios. Nuestra esperanza reside en Dios, es la joya de la corona, no es algo efímero. 

Es algo diferente. Es la gran joya de la corona de nuestro Dios. 

En la medida en que depositemos nuestra esperanza en él, tendremos el valor de levantar el estandarte de Dios en la tierra. 

No veremos más chascos ni piedrecitas por el camino que nos hace daño. Tendremos el valor de levantar los brazos y continuar, sabiendo que en él la esperanza nunca muere, ni falta el éxito final.
MARANATA.
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Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7

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