jueves, 29 de abril de 2021

LA ESPERANZA EN LA TRIBULACIÓN.

Se vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir, porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios Apc. 3:2.

La advertencia es clara y concisa a la
iglesia, ya que penetraría los errores dentro de la iglesia. Y la fe de los cristianos seria robada como así ocurrió. 

Los miembros de las iglesia del siglo II al finales del III d.C. Las ideas y conceptos del paganismo entraron como un torrente de agua en la iglesia. 

Constantino uso el cristianismo decadente para sus propios fines. La gran oscuridad fue tan grande que las tinieblas oscureció a los hijos de Dios. 

El Señor nos llama a ser vigilantes (Mat 24:42), y también se nos llama a velar, ya que no sabemos cuándo vendrá Cristo. 

Aunque hubo un despertar dentro del cristianismo con la reforma, esta fue decayendo dando paso a un cristianismo decadente. 

La vida espiritual del protestantismo esta moribunda, pero aun hay esperanza de vida. 

La “supervivencia” puede considerarse como la nota predominante del periodo de la historia de la iglesia. 

La iglesia no esta muerta, el ardor del protestantismo durante sus primeros años prometía un avance hacia la perfección, en la compresión de la verdad revelada y de su aplicación a la vida del cristiano. 

Durante el transcurso de los años el celo y la investigación meticulosa y la oración, dejo paso a la apatía y a la conformidad con el mundo. 

La piedad decayó, y la iglesia se cansó del esfuerzo por alcanzar la meta. La conformidad con el mundo, dio paso al legalismo de la iglesia. 

La intolerancia a la tolerancia, y hacer pacto con aquellos que en su día nos persiguieron. Entre 1843 y 1844 hubo un despertar en el mundo protestante en los Estados Unidos de America. 

Dios envió una luz que brillo en la tierra, y también dejo su señal en los cielos. A pesar de tantas evidencias bíblicas y históricas, no nos levantamos de nuestra tibieza. 

Tiene que haber una reforma en la vida del cristiano, y tiene que ser más grande que la de 1517-1755. 

Y en el tiempo en que vivimos, se hace una realidad y una necesidad la reforma en nuestras vidas. 

Dios nos ha dado suficiente luz, para saber en que momentos estamos de la pronta venida de Jesús. 

La vigilancia debe de ser constante en nuestras vidas, y no debemos conformarnos con el mundo.

La oración, el estudio de la Palabra de Dios, debe de ser una constante en nuestras vidas. 

La vigilancia nos es necesaria, en estos momentos de nuestra vida. Debemos tener una verdadera reforma. Que Dios nos ayude a conseguirlo.

MARANATA.

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