En cualquier esfera en que el hombre se mueva la diligencia es una cualidad que el mundo admira.
Es una cualidad muy necesaria para el éxito del cristiano; pero ella sola no basta para que un cristiano alcance un puesto elevado.
En el manuscrito hebreo lo traduce de la siguiente manera: una persona rápida, hábil, experta en su trabajo, con experiencia, y dispuesta para servir.
El cristiano puede encontrar ejemplos en la palabra de Dios, Daniel, Jose, Moisés etc. Cierto es que encontramos hoy hombres con estas características.
Salomón se esta refiriendo al pueblo de Dios, hombres que se creen dignos de esta característica, pero cuando profundizamos vemos realmente cómo es.
No hay ninguna evidencia de que el Creador planeo que el hombre viviese sin esfuerzo. Si tal hubiese sido su plan, podría haberle hecho muy fácil la existencia a Adán.
Dios preparo un hermoso jardín, donde se manifestó la perfección del amor de Dios para que el hombre pudiese habitar la tierra y trabajase en ella.
Adán este era el plan de Dios para con el hombre. Adán tenia que poner su parte creativa en la tierra para engrandecer la obra de Dios.
Cuando el pecado malogró el plan original de Dios para el hombre, nuevamente la labor esforzada formó parte de la pedagogía divina para conducir al hombre hasta que llegase a armonizar con el plan de la redención.
El cristiano tiene un trabajo que realizar una proyección que llevar acabo, y llevar el poder creativo de nuestro Dios a los corazones de los hombres.
Conocí a un hombre, no era culto en sabiduría humana, pero si en conocimiento de Dios. El era una persona sencilla, de cuna humilde, pero sabio y humilde en el Señor.
Donde iba se le respetaba, su amabilidad era su compañera, y la verdad estaba en sus labios.
Dios tiene un plan para cada hijo suyo, que sea una persona rápida, hábil, experta en su trabajo, con experiencia, y dispuesta para servir a los demás.
Los hijos de Dios deben de ser diligentes , ahora en cada instante de cada día de vuestra vida . . .
Y cuando los años pasen, echéis una mirada al pasado. . . os arrepentiréis amargamente cuando ya sea demasiado tarde.
Ser diligente, sabio, y amable con los demás, es una necesidad en el pueblo de Dios.
Tenemos el ejemplo de Jesús, debemos de desarrollar su carácter. Este es el consejo que nos da Salomón.
MARANATA.
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