Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les protestare: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad. Mat. 7:22-23.

Esta es la primera vez que Jesús hace alusión indirecta a su segunda venida “en aquel día” como juez de todos los hombre (cap. 26:64). Muchos profesos cristianos en el día del juicio final, preguntarán a Jesús porque no esta ellos en el reino de los cielos.

En la tierra estos cristianos, han pretendido ser fieles a Jesús, han hecho buenas obras, y incluso an echado demonios. Tan bien an dado grandes conferencias, han echo grandes llamados, y an bautizado a muchos pueblo.

Pero su ego personal se han engrandecido, y han sido prosperado. Mientras han dejado a un lado los requerimientos de Dios. Muchos cristianos han profetizado en su nombre, la “verdad”.

Es como si se dijera: “Ciertamente, hemos profetizado en tu nombre, ¿verdad?” Difícilmente habrían hecho tal afirmación delante del Juez del universo si su pretensión no hubiera estado respaldada, aparentemente, por los hechos.

Podemos ver la medida de su arrogancia y vanas ilusiones. Desde la Edad Media hasta nuestro días, se consideraba y se considera, que el echar demonios de una persona era un milagro y el más difícil (Mar. 1:23).

Jesús si podía, ya que tenía autoridad de su Padre. Per fue acusado por los escribas y fariseos de este echo (Mar. 3:22). Cuando los setenta regresaron de su primer viaje misionero, relataron que los demonios se les habían sujetado (ver CS. p. 609-645).

Las escrituras muestran claramente que la realización de milagros no es en sí una evidencia convincente de que esta obrando el poder divino. El mayor milagro, tanto en el tiempo como en la eternidad, es una vida transformada según la semejanza divina (DTG. 372-375).

En la pagina 613 del C.S. Notamos que los ángeles caídos no hacen diferencia entre lo justo y lo que es pecado, entre el más noble y puro de los apóstoles de Cristo, y lo más degradado servidores de Satanás. Cristo dirá en aquel día: “Nunca os conocí”

Esta es la evidencia de que sus enseñanzas no había sido pronunciadas en armonía con la voluntad de Dios y que los milagros no habían sido realizados mediante el poder divino. La institución I.C.A.R.

Siempre se ha jactado de que sus santos hacen milagros, y que en Lourdes y Fatima, tanto monta, monta tanto se jactan de sus milagros. Cristo señala que son obradores de maldad. 

Gr. anmía, “ilegalidad” o “falta de conformidad con la ley” Los hacedores de maldad están fuera de la ley porque han rehusado conformar sus vidas con el modelo perfecto expuesto en la ley del reino del cielo. 

El pecado es infracción de la ley. Por tanto la maldad se multiplicara antes de la venida de Cristo (Mat. 24:12).

MARANATA.

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