viernes, 31 de marzo de 2017

LA LLUVIA TARDÍA.


Por tanto, hermanos tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Sat. 5:7.

Hay lugares en el mundo, especialmente en el desierto del Sahara, donde no llueve por años, pero en su suelo se esconde grandes tesoros. 

Por supuesto que la agricultura no se puede desarrollar en tales áreas, en la gran mayoría, en los oasis (ver foto) se puede cosechar algo. Sin el agua puede llevarse a esas zonas, bien sea por conductos sustraernos, o por irrigación, se produciría magnificas cosechas. 

Una prueba es el desierto llegando a merzouga puede verse los resultados del agua en el desierto. Dios el gran labrador, y tienen un campo que abarca el mundo, el cual obtienen una gran cosecha. En ese campo hay lugares desérticos, que no conocemos y que la gente que viven allí no conoce a Dios. 

El Señor nos ha dado la responsabilidad de “cultivar” ese desierto. Ha provisto de semillas” para sembrar, y esperar una buena cosecha. Como el labrador del texto, debemos preparar el suelo, sembrar la semilla, y “regar” el campo. 
Luego debemos recoger la cosecha. Dios nos ha prometido que nos dará abundante “agua”. De la misma manera como Dios hace brotar el agua en el desierto a través de los ríos subterráneos y de la lluvia, Así derramara su Santo Espíritu con poder en el día de la lluvia tardía. La lluvia temprana ya ha caído. 

Ha llegado el tiempo de la lluvia tardía. Vivimos en los últimos tiempos. El tiempo de la cosecha está cercano. Como en la parábola el Padre de la familia contrató obreros en la hora undécima, así Cristo quiere “contratar” obreros para recoger su mies. 
Aunque parezca extraño, algunos de los obreros serán incrédulos. No quieren que Cristo venga. Los otros, “colmados de un anhelo desinteresados por dar el mensaje de gracia a aquellos que están en las tinieblas, dan todo lo que tienen, por su Señor. 

El nos manda a hacer nuestra parte en cooperar con él, y él asimismo moverá el corazón de los incrédulos a llevar adelante su obra a las regiones lejanas. Muchos están ya ahora recibiendo el Espíritu Santo, y en el camino no quedará por más tiempo obstruido por la negligente indiferencia” (TS.T. 5. p.12). 

El Espíritu de Dios se esta derramando en muchos lugares, a hombres que no conocen la verdad presente. “Tú que haces por tu Señor” Tenemos que recoger la cosecha de nuestro Señor. Pidamos el derramamiento del Espíritu Santo para nuestra vidas.
 Maranata.
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